Un hombre muere acuchillado en Carabanchel tras una reyerta
Adrián M. R., colombiano de 24 años, murió a las 21.30 de ayer, una hora después de ser acuchillado dos veces en el costado durante una reyerta ocurrida en la calle de San Clemente, en Carabanchel. Los supuestos asesinos, dos hombres de una edad similar, según los vecinos de la zona, huyeron después de cometer el crimen, según señalaron los clientes de un bar próximo al lugar de los hechos.
Durante un espacio cercano a los veinte minutos, Adrián permaneció moribundo, tirado entre dos coches. Nadie se percató de lo ocurrido, ni siquiera la pareja que vive apenas a un metro del lugar donde ocurrió la reyerta. "Para entrar en casa, pasé por encima. No me imaginé en ningún momento que pudiera estar muerto. Simplemente pensé que estaba dormido o borracho", aseguró la vecina más cercana al apuñalamiento.
Las dudas sobre el estado de Adrián desaparecieron cuando la sangre empezó a fluir sobre la calzada. Todos los vecinos se dirigieron a Rita, la dueña del bar situado en la esquina de la calle, quien le practicó los primeros ejercicios de reanimación. "Rita es auxiliar de enfermería y le hizo un masaje cardiaco y la respiración asistida", aseguró la camarera del bar.
La empleada se interrumpió al entrar Rita en el bar y negarse ésta a hacer declaraciones. La regente del bar había regresado al establecimiento tras consolar a su hija de 18 años, amiga de la víctima. Los ejercicios de reanimación no sirvieron para salvar la vida de Adrián, que murió una hora después de ser apuñalado, a las 21.30, en el hospital 12 de Octubre.
Sin detenidos
Varios vecinos vieron a Adrián tirado en el suelo sin decidirse a ayudarle. "Yo creía que era un ataque epiléptico", declaraba una joven rumana que aseguró ver junto al herido "una navaja o un arma de apenas doce centímetros". Los vecinos de la zona atendieron a este periódico mientras la policía judicial permanecía en la calle de San Clemente tomando huellas de los coches aparcados en el lugar. A medianoche la policía no había detenido a ningún sospechoso.
El pasado jueves, sobre la misma hora en la que ocurrió el asesinato, Adrián fue visto por algunos vecinos discutir con dos jóvenes. "Lo que ha pasado venía de atrás", comentó un hombre cubano que aseguró que la policía pidió a los jóvenes la identificación tras la pelea.
Adrián era un joven conocido en el barrio. Su pelo rubio le hacía muy peculiar entre los inmigrantes de su misma nacionalidad. "Parecía de nuestro país", comentó una vecina rumana.
"Era un muchacho tranquilo; hace unos días le vi aquí apoyado y me saludó. No tenía pinta de meterse en problemas", dijo un cliente del bar de Rita, que anoche era un hervidero de comentarios sobre el crimen.
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