El telediario francés, en color
La llegada del presentador negro Harry Roselmack al informativo más visto del país reabre el debate sobre la escasa diversidad en los medios
El periodista Harry Roselmack, de 33 años, nacido en Tours, de una familia procedente de la Martinica, se ha convertido en el rostro mediático del verano en Francia. El sustituto de Patrick Poivre d'Arvor en el telediario de las 20.00 de TF1, el de más audiencia del país con ocho millones de espectadores y una cuota de pantalla del 40%, no sólo es un excelente profesional bien conocido dentro del oficio, tiene una presencia elegante, un perfil de faraón y habla un francés exquisito, sino que además es negro, una relativa novedad en Francia.
La revuelta de las barriadas, el pasado otoño puso en evidencia un fondo profundo de discriminación racial en la sociedad francesa, del que la ausencia de modelos de referencia para las minorías menos favorecidas era un claro ejemplo. Fue el propio presidente, Jacques Chirac, quien entonces pidió abiertamente a los responsables de los medios de comunicación que "visualizaran" la diversidad francesa. La comparación, en aquellos días, de las televisiones francesas -copadas por blancos- con la extraordinaria diversidad de las británicas, levantó ampollas.
El modelo republicano francés es supuestamente incompatible con cualquier tipo de discriminación positiva que abra vías de acceso a la excelencia para las minorías, empezando por el hecho de que en Francia a la Administración le está prohibido realizar estudios o estadísticas en función de la raza, el origen o cualquier otro elemento identitario. Un modelo que ahora parece entrar en crisis, aunque muchos consideran intocable.
En este contexto, sólo la presión del Ejecutivo podía influenciar a los patrones de los grupos de comunicación. La prensa ha insistido estos días en que la llegada de Roselmack a TF1 se debe en gran parte a la influencia del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, hasta el punto de que el diario Libération aseguraba que el virtual candidato de la derecha a la presidencia pretendía ser el invitado de Roselmack el día de su estreno para presentar su libro Témoignages (Testimonios), aunque no lo consiguió. Precisamente, Sarkozy es uno de los políticos franceses que más abiertamente se ha declarado partidario de establecer medidas de discriminación positiva.
Roselmack, que antes de fichar por el grupo Bouygues, propietario de TF1, presentaba el telediario de Canal + y formaba parte de los rostros de la cadena de información continua I-tele, no es el primer no blanco al frente de un informativo importante; la martiniquesa Audrey Pulvar presenta uno de la cadena pública France 3, y Rachid Arab, de origen argelino, llevó durante un par de años el de France 2. Roselmack empezó su carrera en la emisora pública France Info, y pasó a la televisión hace algo más de un año cuando fue contratado por el grupo Canal +.
Estos últimos días, el nuevo presentador estrella de TF1 ha insistido en el aspecto puramente profesional de su trabajo, aunque no ha evitado pronunciarse sobre la importancia del color de su piel en cuanto a referencia social. "No había soñado en presentar el telediario de las 20,00", explicaba; "cuando mis amigos me lo decían, me daba mucha risa, no me proyectaba en esta perspectiva. Ahora que ha llegado estoy sorprendido, pero feliz". Sobre cómo concibe su trabajo, explica: "Para una cita como ésta la cuestión está en el ritmo. Hay que adquirir una cierta mecánica para que la gente no cambie de canal a los cinco minutos".
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