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Reportaje:

Varios más en casa

Las familias numerosas de Euskadi piden que el número de hijos se valore a la hora de acceder a cualquier ayuda

"Mi caso es el de muchos", reconoce Mercedes Rodríguez de Teijeira. Ella y su marido ya tenían un hijo, de casi dos años, y se plantearon ir a por el segundo y terminar así de construir su familia. Sin embargo, la naturaleza no les dejó decidir a ellos. "Fue tal la sorpresa que cuando el ginecólogo me dijo que había dos corazones pensé en una malformación", rememora Rodríguez Teijeira. Pero cada corazón latía en su respectivo cuerpo. Nacieron las gemelas y la familia Añibarro-Rodríguez de Teijeira se convirtió en familia numerosa, con tres hijos. La edad de la madre al dar a luz, cada vez más alta, y los tratamientos de fertilidad han hecho de este tipo de familia numerosa algo cada vez más común.

"No tienen nada que ver los horarios laborales de los padres con los de salida del colegio de los niños"

Otro caso es el de quienes conscientemente se deciden por esta fórmula y tiene tres o más hijos. Como Marta Tellaeche y Gorka Álvarez, el presidente de la asociación guipuzcoana de familias numerosas Liluraldi, que van por su sexto hijo. "El mayor bien para la sociedad es su capital humano, y las familias numerosas contribuimos más", afirma. Las reivindaciones de este colectivo son claras: que en las ayudas a la población en general se tenga en cuenta el número de hijos del demandante. "El Estado no nos ayuda, sino que nos perjudica. Yo, a través del IVA, pago más impuestos a la sociedad que una pareja sin hijos y luego el Estado a mi no me devuelve de acuerdo con el número de hijos", comenta.

"Tener muchos hijos es ser muy generoso. Es privarte de tu tiempo libre y recortar económicamente", resume Natalia Díez-Caballero, directora de Hirukide, la asociación vasca (www.hirukide.com). Ella sólo tiene dos hijos, "por ahora", pero procede de una familia de nueve hermanos. "En Euskadi se están dando pasos lentos pero seguro para priorizar el tema de las familias", asegura Díez-Caballero. Recientemente, el Gobierno vasco ha aprobado la ampliación del decreto de ayudas directas, por las que las familias con tres o más hijos reciben 1.100 euros al año hasta los cinco años, al sexto y séptimo año, en los que recibirán 400 años. Además, están las desgravaciones por hijo en la declaración de la renta. Para Álvarez, son una ayudas insuficientes e insiste en que, para cualquier valoración, se ponderen tanto los ingresos económicos de una familia como el número de sus miembros. Díez-Caballero destaca que el Gobierno der Ibarretxe está realizando una ley vasca de familia.

Otro quebradero de cabeza para las familias numerosas es el cuidado de los hijos. "Hoy día es imposible que uno de los dos deje de trabajar. En la mayoría de los asociados, trabajan los dos", cuenta la directora de Hirukide. "He adaptado mi horario en la empresa, donde se han portado fenomenal. Tenía claro que no iba a dejar de trabajar ni a reducir la jornada. Yo no he estado estudiando 25 años para luego dejarlo. No quiero perderme el tener hijos, pero tampoco prescindir de mi vida laboral, que me gusta y me satisface", explica Rodríguez de Teijeira.

Ella tiene resuelto el cuidado de sus hijos tras la jornada escolar, ya que finaliza el trabajo a las 4.30 y se ocupa personalmente. Para Rodríguez Caballero, los peores años fueron los tres primeros. "Tendría que haber más guarderías y públicas. El problema que yo he tenido es el mismo que el de cualquier persona con un hijo. Hay que facilitar esos tres primeros años. Luego, con el colegio, ya es distinto", indica.

Sin embargo, no opina lo mismo Gorka Álvarez, que reclama medidas para conciliar la vida laboral y la familiar. "No tienen nada que ver los horarios de los padres y las madres, que salen de trabajar a las 19.00 o a las 20.00, con los de los hijos, que acaban el colegio a las 16.30 o las 17.00", afirma.

Todos coinciden en calificar a los hijos como un "bien social". "Los niños son nuestro relevo. Pero el reemplazo generacional no está garantizado aunque las mujeres hayamos pasado de tener 0,9 hijos de media a tener una. Una décima no es nada. Pedimos que en la ley de familia que ahora elabora el Gobierno vasco se proteja a las familias con más hijos", dice Díez Caballero, que solicita de la Administración una "discriminación positiva" para las familias numerosas.

En concreto, insiste en que las ayudas que existen en ámbitos como la educación o la vivienda tengan en cuenta la progresividad de los ingresos en función del coste medio anual que supone un hijo, "sin que por ello tenga que estar una familia en la más absoluta miseria". "Ahora tienen más en cuenta las rentas bajas que el número de hijos. Y también queremos que se rijan por una renta única", concluye.

Echar una mano

En el País Vasco hay unas 20.000 familias numerosas. De ellas, la mayoría tienen tres hijos, según explica Natalia Díez-Caballero, directora de Hirukide. "Hay alguna de siete y ocho hijos, pero contadas con los dedos".

Aunque lo usual es que se contrate a una persona para el cuidado de los niños, e incluso a dos, es imposible tener todo el horario cubierto. Muchas de estas familias tiran de las abuelas para el cuidado de los niños. "Sin mi madre, me habría muerto", reconoce Mercedes Rodríguez de Teijeira. Sin embargo, Álvarez afirma que en su caso el recurso de la familia es simplemente "esporádica". "Siempre hemos pensado que los hijos son nuestros y procuramos resolver su cuidado nosotros", comenta Álvarez. "Cuando tienes una familia numerosa renuncias a mucho tiempo libre para tí. Lo haces gustoso, y eso tiempo lo inviertes en tus hijos", afirma el presidente de la asociación guipuzcoana.

Hay momentos, sin embargo, en los que la ayuda es fundamental. "Cuando nacieron las gemelas, mi hijo aún no tenía dos años. El primer año es durísimo y el que diga lo contrario, miente", asevera Rodríguez de Teijeira, quien ha sentido gran alivio una vez que los tres han ido al mismo colegio. "Tampoco fue fácil la etapa en la que el niño iba al colegio y las niñas a la guardería".

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