De mal en peor
La evolución de los acontecimientos en el Mediterráneo oriental ha venido a sumarse a la de Oriente Medio, Irán y Corea y ha convencido a medio mundo de que así las inversiones no van a ninguna parte. "De poco vale preocuparse de si una sociedad gana o no dinero cuando el mundo está patas arriba", premisa a partir de la cual se montó un proceso vendedor de envergadura suficiente como para hacer caer a algunos mercados casi el 2%.
El Ibex 35 cayó el 1,41% para quedarse en 11.375 puntos, después de hacer escala en 11.352 puntos, último soporte contemplado por los analistas en sus estrategias a corto plazo. Los valores medianos del mercado español perdieron el 1,79% y los pequeños el 1,90%, magnitudes que se aproximan más a los resultados del conjunto de los mercados europeos. La Bolsa de Francfort destacó sobre todas con un recorte del 1,96%, al ver potenciado el movimiento vendedor por el anuncio del incremento de la inflación hasta el 2% en el pasado mes de junio.
Las nuevas advertencias del BCE sobre una posible eliminación progresiva de la acomodación monetaria pareció ayer a los inversores una advertencia más subida de tono que las anteriores, sobre todo cuando en Alemania han subido los precios. Ayer, en medio del desánimo general, se daba por segura una subida de los tipos de interés el próximo día 3 de agosto.
La presión vendedora provocó la habitual absorción de papel por parte de las instituciones y la consiguiente mejora del negocio "abierto", aunque el total del mercado disminuyó en algo más de 500 millones de euros, hasta situarse en 3.486,70 millones. Las operaciones "abiertas" sumaron 2.581 millones de euros, 450 millones más que el día anterior.
El mercado secundario de deuda volvió a servir de refugio al dinero y la rentabilidad del bono a 10 años cedió cuatro centésimas, hasta el 4,04%.
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