Primeros roces diplomáticos entre Islamabad y Nueva Delhi
Pese a la actitud prudente que mantuvieron las autoridades de India respecto a su vecino Pakistán el día de los atentados de Bombay, la calma entre ambas diplomacias se quebró ayer cuando el ministro de Exteriores paquistaní, Khurshid Mahmud Kasuri, de visita en EE UU, dijo que la única manera de acabar con el terrorismo es solucionar el problema de Cachemira.
La reacción india no tardó en llegar. Su portavoz de Exteriores, Navtej Sarna, pidió a Pakistán que acabara con la infraestructura terrorista establecida en la Cachemira paquistaní: "Estamos horrorizados con que el ministro Kasuri trate de encontrar un nexo entre el flagrante e inhumano acto de terrorismo y la llamada 'falta de resolución' de las disputas entre India y Pakistán. Los comentarios de Kasuri sugieren que Pakistán colaborará en la lucha contra la lacra del terrorismo transfronterizo sólo si esas disputas son solucionadas".
Islamabad replicó calificando la petición india de "injusta y provocadora". Su portavoz de Exteriores, Tasneem Aslam, justificó las declaraciones de su superior: "Kasuri nunca ha insinuado que los atentados en los trenes de Bombay fueran el resultado de la disputa entre nuestros países sobre Cachemira". La disputada región está dividida en tres partes, controladas por India, Pakistán y China. Ninguno de los países ocupantes reconoce la legitimidad de los otros sobre el territorio. India y Pakistán han mantenido tres guerras por el control de la zona (1947, 1965 y 1971).
India había mantenido al principio una actitud prudente a la hora de acusar a los responsables de las explosiones de Bombay. En los atentados de años anteriores, Nueva Delhi no tardaba en responsabilizar de su autoría a Pakistán o a grupos apoyados por Islamabad.
Mosaico religioso
El presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, fue el martes uno de los primeros líderes internacionales en condenar los atentados perpetrados contra los trenes de Bombay, que calificó de "acto de terrorismo". Pero ayer la policía india sugirió que la autoría de la matanza era de un grupo terrorista islamista radicado en la Cachemira paquistaní.
El primer ministro indio Manmohan Singh, instó anoche a sus compatriotas a cerrar filas en torno a una "India unida, que incluye a todos", en referencia al mosaico religioso que constituye este gigante de 1.100 millones de habitantes, entre la mayoría hindú y las minorías musulmana, sij y de otras confesiones.
En tono institucional, agradeció la reacción del pueblo de Bombay, así como de Srinagar, capital de la Cachemira india, donde el martes murieron ocho personas y ayer cinco turistas indios resultaron heridos en un ataque con granadas en una estación de autobuses por la violencia causada por supuestos militantes islamistas. "Os pido que tengáis calma y no caigáis en los rumores; no dejéis que nadie nos divida", concluyó.
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