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Reportaje:

Alerta, el polvo sahariano llega a la ciudad

El Ayuntamiento aconseja a los ciudadanos que no hagan ejercicio físico y usen el transporte público

Jesús Sérvulo González

Madrid recibe una visita inesperada. Hoy llegará a la región una gran nube de polvo procedente de África. El Ayuntamiento de Madrid ha emitido una nota pública aconsejando a los ciudadanos "con problemas respiratorios y los ciudadanos en general eviten realizar actividades físicas al aire libre". Además, el Consistorio aconseja utilizar el transporte público y evitar el uso de coches para reducir los niveles de contaminación.

Un portavoz del Ayuntamiento asegura que este fenómeno atmosférico es frecuente. De hecho, el pasado 10 de febrero una masa de aire procedente de África ya alcanzó el cielo madrileño.

La nube de polvo africana elevará los niveles de contaminación atmosférica y probablemente teñirá el cielo de la capital de un color rojizo como ocurrió durante la primera semana de febrero, cuando otra masa de aire sahariano cubrió el cielo de la capital. El Ministerio de Medio Ambiente y el Instituto Nacional de Meteorología han advertido al Consistorio sobre la nube de polvo proveniente del Sáhara que afectará a la zona centro. La nube de polvo está compuesta por arcillas, cuarzo y óxido de hierro.

Esta masa de partículas empeorará la calidad del aire incrementando los niveles de contaminación en Madrid por partículas en suspensión.

Las partículas en suspensión afectan al sistema respiratorio. Las partículas más pequeñas (menores de 1,5 micrómetros de diámetro) llegan hasta los alveolos pulmonares. Además, también pueden afectar al sistema circulatorio. Madrid es una de las ciudades más contaminadas de España.

El nivel aceptable de aire debe contener como máximo 50 microgramos de partículas en suspensión por metro cúbico, que se puede sobrepasar 35 días al año, según la legislación europea. Además, el umbral de alerta, aquel por el cual una breve exposición supone un riesgo para la salud humana está fijada en 150 microgramos de partículas en suspensión por metro cúbico. A partir de ese límite afecta a los pulmones.

Concentraciones

Se espera que la nube provoque concentraciones de más de 100 microgramos. Ante una exposición prolongada a estos niveles los ciudadanos más susceptibles podrían incrementar el riesgo de padecer un episodio respiratorio. De las 27 estaciones de medición atmosférica repartidas por toda la ciudad, 11 de ellas superaron en algún momento de ayer los 100 microgramos de partículas en suspensión por metro cúbico de aire. Además, seis de ellas superaron los 150 microgramos. La estación situada en la calle de Luca de Tena es la que registra peores niveles de contaminación.

Según los ecologistas el verdadero problema del aire de Madrid está en los coches. La organización verde Ecologistas en Acción asegura que cerca del 80% de la contaminación de Madrid procede de los coches.

Por otra parte, la Comunidad de Madrid solicitó ayer la colaboración de la población y recomendó el uso del transporte público para reducir la formación de ozono troposférico, contaminante que superó ayer por primera vez durante el mes de julio el umbral de información. Además, es la segunda vez que se supera el umbral de información en lo que va de verano.

La estación de Buitrago del Lozoya alcanzó los 193 microgramos en la tarde de ayer. Cuando la concentración de ozono troposférico sobrepasa los 180 microgramos por metro cúbico como valor medio en una hora, se alcanza el umbral de información a la población.

No obstante, la situación en el tiempo transcurrido de este verano es mejor que la registrada en el mismo periodo del año pasado. El año pasado por estas fechas ya se habían registrado 48 horas de superación del umbral de información en las estaciones de la Red de Control de Calidad del Aire de la Comunidad de Madrid, frente a las dos de este año.

La Comunidad ha recomendado a los ciudadanos el uso del transporte público en lugar del vehículo privado, así como los desplazamientos a pie o en bicicleta; la conducción eficiente y evitar frenazos, aceleraciones bruscas y excesos de velocidad y apagar el motor si el vehículo está parado; el llenado del depósito del combustible a la caída de la tarde o en la noche para evitar colas.

Otras medidas que pueden contribuir a reducir los contaminantes que pueden originar ozono son: el ahorro energético de los electrodomésticos, la reducción del uso de materiales que contengan disolventes y la correcta separación en un punto limpio de los envases que contienen estos materiales.

Además, la Comunidad recomienda, especialmente a los grupos de riesgo, que eviten los esfuerzos físicos prolongados al aire libre. Los principales grupos de riesgo son los niños y adultos que desarrollan actividades físicas prolongadas al aire libre y las personas que padecen enfermedades respiratorias como asma o bronquitis. En cualquier forma, los efectos nocivos del ozono sólo se producen en caso de superaciones de este contaminante prolongadas en el tiempo.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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