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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Menudencias literarias

El leonés Juan Pedro Aparicio, uno de los creadores del autor ficticio Sabino Ordás, autor de estupendas novelas como El año del francés (1986) y Retratos de ambigú (1989), publicó el año pasado un buen libro de cuentos, La vida en blanco, y ahora La mitad del diablo, un conjunto de microrrelatos que casan muy bien con la tendencia del autor a componer sus obras con gran cantidad de personajes y con los modos expresionistas de una novela primeriza como Lo que es del César (1981).

En el prólogo, el autor fija con gran precisión sus objetivos. Escribir a pesar de la diversidad de historias un libro unitario de la misma manera que lo hizo Raymond Queneau en sus Ejercicios de estilo, pero él no contará una misma historia de varias maneras sino que, buscando un camino hacia la síntesis e indagando en el sentido último de la realidad, cada relato será un poco más corto que el anterior: el primero ocupa poco más de una página y el último consta de tan sólo una palabra. A esta práctica le da una denominación propia, "literatura cuántica". Aparicio también explica qué significa el título. Como se sabe, el número del diablo es el 666 y presentar la mitad de esa cantidad, 333 relatos, fue su propósito inicial, aunque posteriormente, con buen criterio, procedió a una selección y quedaron reducidos a 136. Una suerte, pues el libro peca de cierta monotonía y la calidad de los relatos es irregula.

LA MITAD DEL DIABLO

Juan Pedro Aparicio

Páginas de Espuma

Madrid, 2006

170 páginas. 13 euros

Como era de esperar, el

diablo goza del protagonismo en varios cuentos, sea con su intervención personal o a través de algunos personajes como los inquisidores del Santo Oficio, protagonistas precisamente de algunos de los mejores relatos. A veces, su intervención es indirecta: parece guiar las atroces acciones de los hombres como en el titulado '¿Menage a trois?', un gran poder de sugerencia a partir de los hechos escuetos. El sueño y la realidad, rasgo habitual en el autor, se confunden y así podremos leer cómo un bombero durante el descenso que realiza abrazado a la mujer que acaba de salvar vive toda una existencia de amor con hijos incluidos desvanecida una vez llegados al suelo. Hacia el final llegan mayor número de piezas buenas, bellas e incitantes. No me resisto a transcribir aquella que en una sola frase concentra las mejores cualidades de todo el conjunto: "Alguien taponó en el Cielo un escape y el tiempo se acabó".

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