Emergencia en Israel
La ausencia de relaciones diplomáticas entre España e Israel hasta hace apenas veinte años y la explosiva situación geopolítica en Oriente Próximo son factores que ayudan a explicar la escasa presencia del arte israelí en España. La exposición Del revés. Artistas contemporáneos de Israel no pretende ofrecer un repaso exhaustivo sobre el arte contemporáneo en el país hebreo durante las últimas décadas, pero sí mostrar los trabajos de un grupo de artistas emergentes que han alcanzado cierta proyección internacional en los últimos años y que, seguramente, por esa falta de conocimiento mutuo todavía son prácticamente desconocidos en España. Al contrario de lo que podría esperarse de un Estado cuya historia arranca con la tragedia del Holocausto y que vive en medio de una tensión casi permanente, no se atisban patrones comunes que tiendan a reforzar la identidad como grupo de un país que se ha visto obligado a hacer de esta cuestión un aspecto central de su existencia.
DEL REVÉS. ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS DE ISRAEL
Marco. Príncipe, 54. Vigo
Del 7 de julio hasta el 8 de octubre
A juicio del comisario de la muestra, Octavio Zaya, si existe algún elemento común que pueda identificar a los artistas seleccionados para exponer en las salas del Marco éste sería "la tensión entre la realidad en la que viven, que padecen, que experimentan, que construyen, que configuran y recrean en sus obras y el alboroto interno de sus subjetividades". Zaya explica que el arte israelí estuvo marcado hasta finales de la década de los ochenta por los principios del ideal y el mito sionista, es decir, la preservación e imposición de un frente ideológico uniforme y el desarrollo del ambicioso proyecto de los asentamientos. Sin embargo, a partir de los años noventa los artistas que trabajan en Israel muestran la misma pluralidad, fragmentación, inestabilidad y contradicciones que los creadores de otros países.
La exposición tampoco repara en los distintos grupos étnicos que forman la sociedad israelí, aunque buena parte de ellos están representados. "Me interesa distinguir entre los artistas que hoy componen el centro de atención de la producción artística israelí y aquellos que -como los artistas palestinos y rusos más conocidos y otros israelíes- establecen unas lecturas más didácticas y referenciales, más ilustrativas y directamente comprometidas en la realidad de los conflictos sociopolíticos y étnicos en Israel", explica Zaya. El título de la exposición, Del revés, hace referencia a la evidencia de que muchos artistas israelíes han dado la vuelta a los problemas que han marcado la historia de su país y ahora exhiben sus miedos y ansiedades a través de ficciones en las que subyacen el temor, la violencia, la muerte y la ansiedad.
Parece que es imposible evadirse por completo de la huella indeleble que dejan en la memoria colectiva el recuerdo de los campos de concentración, el impacto de los atentados en las ciudades israelíes o los sentimientos contradictorios que surgen en el seno de la propia sociedad israelí a la hora de abordar la cuestión palestina. Pero todos estos temas no son más que un substrato que está presente en la mente del artista y que se refleja de forma sutil en el enfoque que dan a sus obras. Tal vez el único elemento común entre las propuestas de los jóvenes artistas de Israel es el tono inquietante que desprenden muchas de las piezas exhibidas. Esta sensación sería el reflejo concreto de las situaciones de inseguridad y violencia que ya han llegado a formar parte de la sociedad israelí.
La mayoría de los artistas presentes en la exposición viven actualmente en Israel y concretamente en Tel Aviv, lo que hace que predomine una visión urbana y que no se eviten referencias a la realidad sociopolítica del país, aunque sin especial énfasis. Los soportes más habituales son el vídeo, la fotografía y las instalaciones. Entre los artistas seleccionados destacan nombres que ya han alcanzado proyección internacional como Sigalit Landau, Gal Weinstein, Adi Nes, Yael Bartana, Eliezer Sonnenschein o Nadav Weissmann.
La perspectiva irónica presente en las fotografías de Keren Assaf, las cuestiones filosóficas que inspiran la instalaciones de Varda Getzow o el humor y la poesía que destila la obra de Nadav Weissmann son algunos de los momentos estelares de una muestra que nos descubre la gran riqueza de estilos y temáticas existentes en la nueva generación de artistas que florece en Israel. Tampoco faltan muestras de audacia como las del artista Adi Nes que aprovechó la estancia obligatoria en el Ejército del país hebreo para realizar una serie de retratos homoeróticos de los soldados. La influencia del arte griego y de las composiciones renacentistas es patente en las fotografías realizadas por Nes, que demuestra su valentía y compromiso al explorar una temática nada habitual en un ambiente tan cerrado como el Ejército israelí.
El artista más veterano de
los seleccionados es Miki Krastman, fotógrafo que emigró con su familia de Argentina a Israel, y del que podemos ver una serie de instantáneas en blanco y negro que ofrecen una visión muy personal pero al mismo tiempo objetiva sobre los asentamientos judíos en los territorios ocupados. La desnudez de las fotografías de Krastman contrastan abiertamente con la explosión de color que podemos ver en los vídeos de Sigalit Landau, una artista que se caracteriza por la construcción de imágenes muy poderosas, que conjugan la intimidad y la monumentalidad al mismo tiempo. No es más que una nueva muestra de los contrastes que pueden encontrarse en un país marcado por los estereotipos y que trata de demostrar que es capaz de producir algo más que sobresaltos informativos.
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