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El fundador de Enron muere antes de que se fijen las penas por el escándalo

Kenneth Lay, de 64 años, había sido declarado culpable de seis delitos por el fraude

Kenneth Lay, fundador de la eléctrica estadounidense Enron, murió la pasada madrugada en Aspen (Colorado) aparentemente de un fallo cardíaco. La presión por el caso Enron pudo con él. Lay, de 64 años de edad, fue considerado culpable en mayo pasado de seis delitos por su implicación en el fraude masivo y la trama financiera que llevó al colapso de la compañía eléctrica en diciembre de 2001. Las penas por los delitos por los que fue condenado pueden elevarse a un máximo de 45 años de cárcel. La sentencia definitiva estaba prevista para el próximo otoño.

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Un final trágico

El abogado de la familia dijo ayer que la muerte de Kenneth Lay fue provocada por "causas naturales". "Su corazón no pudo más", señaló. De cualquier manera, su muerte no ha sido una sorpresa para muchos. En su entorno comentaban ayer que el ejecutivo se encontraba sometido a una fuerte presión y que había envejecido considerablemente durante el último mes.

Kenneth Lay era natural de Tyrone (Missouri), donde nació el 15 de abril de 1942 y ha sido, a la vez, un símbolo personal del sueño americano y del mayor fiasco corporativo en la historia empresarial estadounidense. De una pequeña distribuidora de gas natural, este ejecutivo creó un gigante corporativo con una capitalización bursátil cercana a los 68.000 millones de dólares (53.166 millones de euros) y con una facturación de 101.000 millones de dólares (78.960 millones de euros).

En 2000, Enron estaba considerada como la séptima corporación más poderosa de las cotizadas en Wall Street y era envidiada por su alta rentabilidad. Nadie pensaba entonces que este gigante podría derrumbarse.

Lay pasó su infancia repartiendo periódicos o cortando el césped para que su familia pudiera llegar a final de mes. El ejecutivo estudió en la Universidad de Missouri y se doctoró en economía por la Universidad de Houston.

Su primer trabajo en el sector energético lo realizó en la petrolera Humble Oil & Refining, predecesora de lo que más tarde sería la ExxonMobil. Después se incorporó a la armada estadounidense y sirvió en el Pentágono, antes de volver al mundo de los negocios en la compañía Florida Gas. También trabajó como ejecutivo para la firma Transco Energy. Posteriormente fue consejero delegado de Houston Natural Gas (HNG).

Lazos con la familia Bush

Enron nacería de la fusión entre HNG y InterNorth Omaha en 1985, compañía de la que fue presidente ejecutivo. Lay mantenía, además, estrechos lazos con la familia del actual presidente de los EE UU, George Bush, hasta el punto que le llamaban Kenny Boy. Llevó una vida extravagante y finalmente acumulaba una deuda personal estimada en 100 millones de dólares.

La historia de este ejecutivo cambió de forma dramática en diciembre de 2001, cuando se descubrió que la dirección de Enron había engañado de forma sistemática a los inversores y las autoridades reguladoras sobre el estado real de sus finanzas, trucando sus libros de contabilidad. En pocos días, la compañía se colapsaba en Wall Street y ponía en la calle a 6.000 empleados. El juicio contra los principales gestores de Enron arrancó cinco años después, el pasado 30 de enero, en medio de una gran expectación.

El proceso duró 15 semanas. Kenneth Lay no logró convencer con su testimonio a los miembros del jurado popular que, el 25 de mayo, le consideraron, culpable de los seis delitos de fraude y conspiración que la fiscalía presentó en su contra, por los que le podía caer una pena máxima de 45 años de cárcel. Jeffrey Skilling, ex consejero delegado de la eléctrica, fue declarado culpable de 19 de los 28 cargos de los que se le acusaba.

El juez Sim Lake debía dictar sentencia en un primer momento el próximo 11 de septiembre, fecha que se aplazó después al 23 de octubre. Lay fue considerado además culpable de fraude bancario en un juicio separado. Tanto él como Skilling dijeron durante el proceso que nunca siguieron un comportamiento irregular, por eso pensaban recurrir el veredicto.

Las consecuencias de su muerte en los casos civiles pendientes de solución en EE UU era ayer incierta. Los inversores y antiguos empleados reclaman la devolución del dinero que perdieron tras el colapso de la eléctrica.

Las irregularidades contables destapadas en Enron desataron una crisis sin precedentes en el mundo empresarial de EE UU y en Wall Street, que obligó a las autoridades reguladoras de ambas orillas de Atlántico a revisar sus normas contables y de buen gobierno. La quiebra de Enron, a la que siguió después la de la telefónica WorldCom, arrastró a la que fuera la mayor firma de auditoría del mundo Arthur Andersen.

Kenneth Lay acude con su mujer a la Corte Federal para ser juzgado el 23 de mayo.
Kenneth Lay acude con su mujer a la Corte Federal para ser juzgado el 23 de mayo.REUTERS

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