"Decir que Granada es de derechas es justificar la derrota"

El diputado Javier Torres Vela, nacido el 7 de noviembre de 1953 en Pozo Alcón (Jaén), casado y con dos hijos, afronta uno de sus retos más difíciles, recuperar para el PSOE la alcaldía de Granada. Licenciado en Ciencias Exactas y profesor de Universidad, fue consejero de Cultura y presidió el Parlamento de Andalucía entre 1996 y 2004.

Pregunta. ¿Se ha pensado mucho aceptar la propuesta de ser candidato?

Respuesta. Sí, yo soy una persona reflexiva. Había dos cosas importantes: que el partido estuviese convencido y que se pronunciara con claridad. El partido me ha respaldado en todos los niveles y si el partido estaba convencido, yo estaba dispuesto.

P. ¿Se le puede decir no al PSOE?

"Me reservo el derecho a preguntar a los ciudadanos sobre el modelo de metro"

"Voy a hablar con mucha gente, no me voy a poner ninguna frontera ideológica"

R. Yo no. Llevo más de la mitad de mi vida militando en el PSOE. Mi vida no es explicable sin mi compromiso con el partido, por lo tanto yo no sé negociar con el partido. Por eso siempre he aceptado los retos que me han puesto. La única barrera que me pongo para decir que no es que no me considere capaz de hacerlo.

P. ¿Cómo se lleva con el alcalde José Torres Hurtado, del PP?

R. En el terreno personal, bien. En política me gusta que las relaciones personales sean adecuadas. El mensaje de que una discrepancia ideológica se tiene que transformar en discrepancia personal, es malo para todos.

P. Ha dicho que hará una campaña limpia, ¿llegada la hora podrá ser así?

R. Estoy en condiciones de garantizar que nosotros la haremos. Me gustaría oír lo mismo de la otra parte. Porque una campaña limpia no es sólo que el líder sea moderado, sino no atizar a los militantes para que inunden con sms el partido de fútbol [durante la retransmisión del último partido del granada aparecieron mensajes de móvil con insultos a dirigentes del PSOE], o no utilizar medios públicos para barrer para casa. Una campaña limpia es que la batalla se juegue en el terreno de las propuestas políticas y garantizo que nosotros la haremos.

P. Se escucha a menudo que Granada es una capital de derechas, ¿está de acuerdo?

R. No. Eso es una autojustificación de cuando se pierden unas elecciones. En términos electorales lo que sale es un resultado al 50%, lo que ocurre es que la derecha está agrupada en una sola formación y la izquierda, no. El núcleo de Granada es de clase media urbana. Si aportamos soluciones a los grandes problemas, como el transporte, el agua o la vivienda, cambiaremos el gobierno de la ciudad, que es un mal gobierno.

P. Lo cierto es que el PSOE no ha ganado unas elecciones en Granada desde 1987, ¿con qué bazas cuenta para cambiar la tendencia?

R. La derecha granadina, a pesar de que ha tenido mucha confianza de la gente, ha sido incapaz de ofertar un proyecto que mire un poquito más allá de unas elecciones. Yo voy a hablar con mucha gente, no me voy a poner ninguna frontera ideológica. Hay sectores extremos que no me interesan, pero con el ciudadano normal, más o menos conservador o cosmopolita, podemos ponernos de acuerdo en los objetivos fundamentales. Porque a todos les interesa que la ciudad sea habitable se viva donde se viva. La ciudad que yo quiero es la gran ciudad metropolitana, que tiene 500.000 habitantes.

P. Pero el alcalde de la capital no gobierna en los pueblos.

R. Pero podría llegar a acuerdos en lugar de enfrentarme con los que me rodean. Porque para el ciclo integral del agua, el transporte o incluso la vivienda puedo alcanzar acuerdos.

P. Dice que va a reunirse con mucha gente, ¿con quién?

R. Tengo ya un mapa del capital social de la ciudad, desde colegios profesionales a asociaciones cívicas o deportivas. Y el tejido es muy rico. Voy a intentar hablar con todos. Primero escuchar sus problemas y su diagnóstico de la ciudad. Luego les diré las ideas que barajo. Tras ese diálogo, pasado el referéndum del Estatuto, pondré encima de la mesa mi proyecto.

P. Habla de "agitar intelectualmente" Granada. ¿A qué se refiere?

R. Para resolver algunos problemas tenemos que cambiar el chip. Todo el mundo suelta el discurso de Granada como ciudad cultural y de servicios. Pero ¿por qué tenemos que renunciar a ser una ciudad industrial, una ciudad tecnológica y del conocimiento? Granada reúne las condiciones para eso y no aceptamos no competir en ese campo, que es lo que ha pasado hasta ahora. A Granada le saltan las costuras por todas partes.

P. ¿Qué perfil quiere para su lista electoral?

R. No lo he pensado mucho. Pero un proyecto político se expresa en las propuestas que uno hace y en la confianza que da el equipo que va a desarrollarlo. Intentaré que sea muy solvente, lo iré enseñando poco a poco.En septiembre se empezarán a ver a personas a las que se le encargan cosas. Eso no supone que vayan a ir en la lista, pero sí que se les compromete para hacer cosas. Gente muy capaz.

P. ¿Seguirá en el Ayuntamiento aunque sea en la oposición?

R. Sí. Mi proyecto es de largo alcance. Los grandes hitos de la ciudad han sido impulsados por gobiernos socialistas. Hemos sido capaces de impulsar la transformación material de la ciudad, pero no hemos sido tan capaces de ser el gran partido de Granada, el que la representa y la comprende. Esta ciudad es muy conservadora de su identidad, pero también es la más cosmopolita del sur de España. Tenemos que hacer un proyecto en el que la tradición y el cambio puedan compartir un espacio común entorno a un proyecto político.

P. Ha dicho que mantendrá su escaño en el Congreso, ¿como diputado raso o como presidente de la Comisión de Infraestructuras?

R. Hasta el final de la legislatura tengo la voluntad de cumplir mi compromiso.

P. Pero si es alcalde ¿mantendrá ese otro cargo?

R. Lo que ahora tengo claro es mantenerlo hasta las elecciones municipales. Me gustaría seguir después, pero habrá que pensarlo. Si creo que puedo perjudicar nunca me ha temblado el pulso en dejar una responsabilidad.

P. ¿Tiene alguna idea para solucionar el problema de la movilidad?

R. La movilidad se ha enfocado desde el tráfico privado y rodado, que sólo representa el 30% de la movilidad urbana. Es un error. Yo voy a proponer otras cosas, pero ahora no quiero avanzar más.

P. ¿Y del metro?

R. En ese tema voy a ser muy crítico. La anterior Corporación dejó encima de la mesa una propuesta de metro pactada con la Junta que daba soluciones inteligentes. Y ese destejer de este gobierno lo puso patas arriba. El metro en Granada podía estar hoy muy avanzado. Pero esta Corporación quiso definir otro modelo, se cargaron la intermodalidad, plantearon el soterramiento en el Camino de Ronda. Y ahora encima impiden que no empiece la obra porque creen que les pueda perjudicar electoralmente. El balance son cuatro años perdidos. Si el alcalde sigue obstaculizando que el metro pueda comenzar, yo me reservo el derecho de preguntar a los ciudadanos sobre el modelo integral.

P. ¿Volverá entonces a retrasarse todo?

R. No. Los proyectos están hechos.

P. Es decir, que usted pondrá encima de la mesa el proyecto antiguo y el nuevo, y que se elija.

R. Puede ser. Pero yo le he pedido a la consejera de Obras Públicas que empiece. Creo que era mejor el otro proyecto que éste, pero le reconozco al Ayuntamiento el derecho que tenía de cambiarlo. Pero no tiene derecho a pararlo.