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Análisis:COYUNTURA NACIONAL
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Remedios a la inflación

Algunos amigos me preguntaban, a raíz del último artículo sobre la inflación, sobre las causas y remedios de este mal endémico de la economía española. Entre las causas, suele mencionarse la falta de competencia, bien por estrechez de los mercados o por situaciones de oligopolios. Sin duda, muchos mercados de bienes, servicios y factores productivos españoles comparten dichas características. Ahora bien, no hay que olvidar que la falta de competencia provoca casi siempre niveles de precios más altos que los de un mercado competitivo, pero no necesariamente más inflación.

En mi opinión, sin minusvalorar el mal funcionamiento de los mercados, la causa más importante es el exceso de demanda interna, provocado por una política monetaria que puede ser correcta para el conjunto de la UEM, pero que es demasiado expansiva para España. En los gráficos izquierdo y central puede verse el fuerte impulso sobre la expansión del crédito que supuso la bajada -mucho mayor que para la UEM en su conjunto- de los tipos de interés entre 1995 y 1999. Desde 1999 los tipos reales a corto son muy inferiores a la media del área del euro y en los últimos cuatro años han caído hasta cifras negativas, impulsando la financiación a familias y empresas a tasas superiores al 20% anual. Al efecto expansivo directo sobre el gasto de estas condiciones monetario-financieras, debe añadirse el enorme efecto riqueza provocado sobre todo por la caída de los tipos de interés.

La política monetaria de la UEM está siendo demasiado expansiva para España

En el gráfico derecho se muestra la correlación histórica entre la inflación (deflactor del PIB) y las condiciones de demanda en España, utilizando como indicador de estas últimas el output gap. Cuando éste es negativo, nos indica que la economía está produciendo por debajo de su potencial (menos demanda que oferta potencial) y lo contrario cuando es positivo, reflejándose todo ello en menores o mayores presiones inflacionistas. La recuperación del mismo a partir de 1997, hasta situarse en cifras positivas, tuvo su reflejo en una aceleración de los precios. Tras aflojar ligeramente en 2002-2003, la presión de la demanda vuelve a aumentar en los dos últimos años, incluso más de lo que se deduciría de las variaciones del output gap. Esto puede verse con más precisión e intensidad confeccionando un nuevo indicador alternativo al output gap a partir de las desviaciones de la demanda nacional respecto al PIB tendencial (demanda gap), las cuales muestran una fuerte aceleración, hasta alcanzar niveles históricos en 2005.

A partir de este diagnóstico, cabe plantearse qué política económica debería llevarse a cabo para atacar el problema. Sin duda, la primera y más importante sería cambiar el rumbo de la política monetaria, haciéndola mucho más restrictiva que en el área del euro. Pero esta vía está cerrada desde la integración en la UEM. La segunda vía es el endurecimiento de la política fiscal, que compense, si no todo, al menos parte del exceso de demanda. En este ámbito ni el anterior Gobierno ni el actual han hecho todo el esfuerzo que deberían. Por último, quedan las políticas de oferta o de reformas estructurales. La reforma de la negociación colectiva, la intensificación en tiempo y alcance del Programa Nacional de Reformas y la introducción de las nuevas tecnologías en los procesos productivos son esenciales para aumentar la productividad, lo que permitiría a las empresas mantener su alta rentabilidad actual sin echar mano de lo más fácil cuando la clientela lo aguanta, subir los precios.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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