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Reportaje:

Lluvia récord de dividendos empresariales

Las principales sociedades cotizadas españolas reparten a sus accionistas más de 8.200 millones en un mes

Miguel Jiménez

Las grandes empresas cotizadas españolas repartirán durante este mes de julio más de 8.200 millones de euros en dividendos a sus accionistas. Es la mayor concentración de pagos a los socios vivida jamás en la Bolsa española, equivalente a lo que hace pocos años se repartía a lo largo de todo un ejercicio. Los buenos resultados empresariales, el prestigio recobrado por el dividendo y algunas operaciones especiales explican ese récord.

Los beneficios de las empresas del mercado continuo, que crecieron un 40% en 2005, ha permitido mejorar la retribución al accionista
Telefónica Móviles abonará en julio 2.772 millones a sus accionistas en el mayor dividendo pagado jamás por una empresa cotizada española

En contra de lo que a veces se cree, la renta variable no recibe ese nombre por las fluctuaciones constantes que experimenta la cotización de las acciones. La renta que varía, en el caso de títulos representativos de la propiedad de una empresa como son las acciones, es el dividendo. El precio de los títulos de renta fija, como los bonos, también varía, pero de antemano se conoce el importe del cupón. En las empresas no se conoce cuál será el cupón o dividendo que se cobrará, pues depende de los resultados de la empresa y de su política de retribución al accionista: es, por tanto, variable. Pero esa variación, en los últimos años, sólo tiene un signo, ascendente.

El dividendo como concepto entró en crisis en la antesala de la burbuja tecnológica. Repartirlo era como admitir que la empresa no sabía dónde invertir esos fondos para sacarle una mayor rentabilidad. Juan Villalonga, al frente de Telefónica, decidió suprimirlo y los inversores lo aplaudieron. Las firmas de Internet cuyas cotizaciones tocaron los cielos hace seis años no es que no repartiesen dividendos, es que directamente no lograban beneficios, pero tenían igualmente el beneplácito del mercado.

Fortaleza de los beneficios

Con el estallido de la burbuja el dividendo fue recobrando protagonismo. Las empresas capaces de generar flujos de caja sólidos y recurrentes y de repartirlos a sus accionistas se convirtieron en refugio de los inversores. El dividendo recuperó el prestigio perdido y desde entonces no ha hecho más que crecer. La retribución a los accionistas vía dividendo o mediante devoluciones de nominal o prima de emisión ha aumentado a un ritmo medio del 30% anual en los últimos tres ejercicios, y este año se acentúa la tendencia al alza.

La primera explicación al incremento de los dividendos es la buena evolución de los resultados. Muchas empresas pagan en 2006 los dividendos con cargo a los beneficios de 2005 y el pasado ejercicio fue excelente desde el punto de vista de los resultados empresariales. Los beneficios de las empresas del mercado continuo crecieron más del 40% el pasado año gracias a la combinación de un fuerte crecimiento orgánico con una agresiva y rentable política de adquisiciones.

El aumento de los beneficios, sin embargo, no lo explica todo. Las empresas han decidido mejorar activamente la retribución a sus accionistas para ganarse la confianza del mercado y han emprendido políticas de dividendo más agresivas.

Y a eso se han sumado algunos dividendos extraordinarios relacionados con operaciones corporativas, entre ellos los dos mayores que se reparten en julio.

De las 35 empresas del Ibex, 16 han anunciado dividendos para el presente mes de julio. En total repartirán 8.229 millones entre pagos ordinarios y extraordinarios.

Telefónica Móviles protagonizará el mayor dividendo pagado jamás por una empresa cotizada española. Son 2.772 millones de euros, a razón de 64 céntimos por acción, de los que 43,5 tienen consideración de dividendo ordinario y 20,5, de extraordinario. El principal beneficiario del pago de ese dividendo es Telefónica, que controla el 92,5% del capital y obtendrá ese porcentaje del dividendo, pero la causa del pago no es tanto la matriz como los minoritarios. Ese dividendo se aprobó para endulzar las condiciones de la fusión por absorción de Telefónica Móviles por parte de Telefónica. El objetivo era acercarse a los 11 euros por acción que se fijaron como precio de las acciones en la oferta pública con la que salió a Bolsa la filial. Al final, sin embargo, las condiciones aprobadas supusieron valorar las acciones de Móviles en 10,84 euros, efectuando los ajustes por dividendos correspondientes.

El otro gran pago del mes de julio es el que abona Endesa mañana a sus accionistas y que ha generado polémica desde que empezó a hablarse de él. Son 2.218 millones de euros, a razón de 2,095 euros por acción que se descomponen en 0,8284 euros de dividendo complementario ordinario con cargo a los resultados de 2005 y 1,2666 euros de dividendo extraordinario por plusvalías contables derivadas de desinversiones (sobre todo la venta de Auna). El pago de Endesa forma parte de un plan de reparto de dividendos de 7.000 millones en cinco años, que la eléctrica presidida por Manuel Pizarro lanzó como defensa frente a la OPA hostil de Gas Natural. Cuando se propuso el dividendo, éste actuaba como una especie de contraopa. Los que aceptaran la oferta de Gas Natural no lo cobrarían. Pero la entrada en juego de E.ON y de los jueces y la consiguiente dilatación de los plazos ha hecho que el dividendo se reparta con las ofertas aún sobre la mesa, lo que tendrá consecuencias sobre las mismas.

La alemana E.ON restará 2,095 euros por acción de los 27,5 de su oferta pública de adquisición sobre Endesa, mientras que Gas Natural descontará sólo el dividendo extraordinario. Eso sí, los títulos de la gasista -con los que pagaría parte de su oferta- descontarán a su vez pasado mañana un dividendo de 53 céntimos.

Los dividendos de Telefónica Móviles y Endesa suman casi 5.000 millones, de los que más de 3.000 son extraordinarios. Además de Telefónica Móviles y de Endesa, también Inditex, que retribuye a sus accionistas una vez al año, descompone su dividendo en ordinario y extraordinario. Pero en este caso no se trata de razones corporativas, sino de que la buena marcha de la empresa genera un exceso de caja que prefiere entregar a los accionistas.

Puntuales a su cita de julio llegan también las otras dos grandes eléctricas (Iberdrola y Unión Fenosa) y Repsol, todas ellas con dividendo récord que son el reflejo de la buena evolución de sus resultados. Todas ellas pagan dividendos de forma semestral, mientras que los principales bancos remuneran a sus accionistas cada tres meses, esta vez también de modo creciente. Bankinter, Popular y BBVA pagan dividendo en julio y Santander en agosto.

En general, la retribución a los accionistas está siendo considerada cada vez más un factor de atracción para analistas e inversores. "Invertir en compañías con una alta y sostenible tasa de crecimiento del dividendo es una de nuestras principales recomendaciones de inversión", indica Sharon Bell, de Goldman Sachs International, que añade que la estrategia de apostar por ese tipo de compañías ha dado un 10% de rentabilidad relativa adicional en los últimos nueve meses.

De las 35 empresas del Ibex, 16 han anunciado que pagarán este mes dividendo.
De las 35 empresas del Ibex, 16 han anunciado que pagarán este mes dividendo.BERNARDO PÉREZ

El nuevo tratamiento fiscal perjudica a las rentas medias y bajas

La fiscalidad de los dividendos ha sido siempre un elemento clave a la hora de comparar la rentabilidad por esta vía frente a la renta generada por otro tipo de activos. La teoría señala que puesto que las empresas ya tributan por los beneficios que obtienen, no debe gravarse además el reparto de esos beneficios a los dueños de la compañía, sus accionistas. Ésa es la justificación de la deducción por doble imposición de dividendos que actualmente figura en la normativa del impuesto sobre la renta.

Tal y como está ahora configurada, esa deducción llega a generar un impuesto negativo o crédito fiscal para el caso de los contribuyentes con los tipos marginales más bajos.

Con el sistema actual, el contribuyente integra el 140% del dividendo percibido en su base imponible, pero luego se aplica una deducción en la cuota del 40%. El juego de esas dos variables se traduce en que los dividendos quedan, en la práctica, exentos para un tipo marginal del 28%. Para los contribuyentes con tipo marginal inferior a esa cifra, los dividendos no sólo no tributan, sino que generan un crédito fiscal que da derecho a recuperar toda la retención y además a descontar parte de la cuota a pagar por otras rentas. En cambio, para los contribuyentes con los tipos marginales más altos se traduce en una tributación desde el primer euro de dividendo y para contribuyentes con un tipo marginal del 45% es en la práctica del 23%.

Con la reforma fiscal en marcha, se fija una tributación lineal del 18% acompañada de una exención para el cobro de los 1.500 primeros euros, pero, a cambio, se elimina la deducción por doble imposición y la vinculación al tipo marginal del contribuyente. La aplicación combinada del tipo único y la exención crea una situación en la que salen perjudicados -en la tributación por dividendos- los contribuyentes con las rentas más bajas, pues dejan de lograr ese crédito fiscal, y favorecidos aquellos con las rentas más altas.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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