Gaza de nuevo
Si lo he entendido bien, el secuestro de un militar ha provocado que el Ejército israelí -escribo en la tarde del miércoles 28 de junio- acometa una ofensiva en toda regla en la franja de Gaza, y al respecto se haya permitido bombardear centrales eléctricas y destruir puentes. Quién sabe lo que vendrá después. Es el mismo Ejército, por cierto, que en los tres últimos lustros ha provocado la muerte -ha asesinado- a más de 700 niños y adolescentes palestinos.
Hasta aquí ninguna sorpresa. Tampoco la hay, por desgracia, en que los gobernantes de los Estados miembros de la UE, esta avanzada de la democracia y del Estado de derecho, hayan decidido callar por enésima vez. Hasta donde llega mi conocimiento, ninguno de ellos ha llamado a consultas a su embajador.
Ninguno de ellos ha amenazado, tampoco, con romper relaciones diplomáticas o con cancelar el sinfín de privilegios comerciales con que obsequian, desde mucho tiempo atrás, a Israel. ¿Tan descabellado es, por cierto, que Hamás se niegue a reconocer a este último.
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