Bancaja impulsa su perfil bancario en el mercado global de la mano de empresarios exportadores

La vocación bancaria que inspira a Bancaja desde que, tras la fusión con varias cajas de ahorro provinciales de la Comunidad Valenciana, optó por la marca actual cobra nuevo impulso con la estrategia de expansión internacional que anunció la entidad el pasado miércoles. Bancaja abrirá oficinas de representación en Londres, París, Múnich y Lisboa en julio y, papeleos mediante, antes de fin de año en Varsovia, para "acompañar" y "asegurar" el negocio de sus clientes con intereses en esos mercados y, a la inversa, para intentar captar empresas locales con intereses aquí.

Bancaja fue la primera caja de ahorros española que abrió una oficina en Miami, en Estados Unidos, en 1998. El experimento fue un éxito, La sucursal de Miami es la estrella del negocio de intermediación internacional de Bancaixa, pero los fondos que atesora (300 millones de euros en 2005) multiplican por seis su inversión financiera (54 millones de euros en 2005) una relación que la eleva al primer lugar por rentabilidad entre el millar de sucursales de la caja de ahorros.

Los resultados de la experiencia internacional y la necesidad de crecer en volumen para ganar negocio ante el estrecho el margen que ofrecen los tipos de interés han pesado más que la supuesta vocación territorial que se atribuye a las cajas.

Bancaja también fue pionera en China, al estrenar una oficina de representación en Shanghai, en diciembre de 2004.

La Caixa, la primera caja española con diferencia, abrió su primera oficina de representación en China a principios de mayo pasado, en Pekín. Pero La Caixa ya tiene seis oficinas de representación en la Unión Europea (Londres, Bruselas, Milán, Stuttgart, Lisboa, Oporto) y una séptima en Casablanca (Marruecos).

La intención de la caja valenciana es plantarse en Europa de la mano de sus clientes. Los empresarios valencianos y clientes de Bancaja que ya operan con normalidad en el Reino Unido, Francia, Alemania o Portugal garantizan un mínimo de negocio de partida.

Para Bancaja, la apuesta más interesante en la primera fase de la expansión internacional es la oficina de Varsovia, "una cabeza de puente en Europa del Este", en palabras de un miembro del consejo. "Un observatorio", según un portavoz oficial.

'Factoring' y 'confirming'

Bancaja pretende explotar negocios vinculados a operaciones de comercio internacional de corte bancario como el confirming o el factoring, operaciones para garantizar el pago o el cobro a través de una cesión de los derechos correspondientes a una entidad financiera.

La segunda vertiente del negocio reside en captar clientes con intereses en España a quienes convenga canalizar sus transferencias a través de una entidad española. Bancaja, por ejemplo, tiene agentes propios en oficinas del Banco Popular, en la República Dominicana, cuya primera misión fue transferir las nóminas de los empleados de grandes hoteleros que ya eran clientes en España.

Una tercera vertiente del negocio pasa por explotar la maestría adquirida por los técnicos de Bancaja en la gestión de operaciones de titulización de créditos, otro negocio puramente bancario. Bancaja ha gestionado las mayores operaciones singulares de titulización de activos de la Unión Europea al vender 2.000 millones de euros de títulos sobre créditos con garantía inmobiliaria. Pero hace una semanas se estrenó como directora de una operación de venta de títulos sobre créditos al consumo por un valor superior a mil millones de euros que ofrecen tres bancos europeos, la Banca Akros del Grupo Banca Popolare di Milano; Caboto, del grupo Banca Intesa; y Calyon, de Credit Agricole.

La segunda fase de expansión internacional de Bancaja aprobada el miércoles por el consejo prevé saltar a países emergentes. Los técnicos han establecido que India y Turquía serán los primeros destinos a explorar en 2007, en principio, también para "acompañar" a clientes españoles.

La transformación en sucursales convencionales de las oficinas de representación previstas hasta la fecha se analizará en virtud del volumen de negocio de cada una y de sus posibilidades para captar fondos entre clientes locales.

La última vertiente del negocio internacional, cuya importancia es oficialmente relegada, pasa por el sector inmobiliario. Bancaja venderá viviendas en España y el Caribe. Y sus oteadores explorarán las posibilidades que ofrecen Europa del Este o Turquía para el sector inmobiliario.