"Me siento muy inmigrante, con una mentalidad diferente"
Rubia, de ojos azules y piel muy blanca, lo que más llama la atención de Elisa Battoni es su permanente sonrisa y su expresividad. Ella lo achaca a su origen toscano, un lugar, afirma, con un carácter abierto. "Mi familia tiene una historia en la Toscana de siglos y yo llevo esa cultura dentro. Es lo que se me ha transmitido", dice. Ese caracter abierto es, precisamente, lo que encuentra más distinto en ella que en las personas que ha conocido del País Vasco, más cerradas. "Los italianos lo que tienen es que les gusta abrirse a los demás. En Italia hay una gran atracción por el diferente. Y aquí no, aquí es al revés", afirma. ¿Se ha sentido entonces discriminada? "Es una palabra demasiado fuerte. Lo que sí notas es cierta desconfianza por que no eres de aquí. Es difícil que te otorguen la confianza de primeras. En Toscana, la confianza en el otro surge desde el principio, es algo natural", comenta.
"Si yo hallo dificultades, cómo será para alguien de culturas tan distintas como la africana o la latinoamericana"
Sin embargo, habla de manera apasionada de Bilbao y de sus habitantes. La ciudad le parece "limpia y bien organizada". "Aquí todo funciona. Y es hermoso sentir cómo la ciudad está cambiando", indica. También dice sentirse cómoda con la gente. "Me gustan los vascos. Tienen un lado positivo y uno negativo". En la parte buena, Battoni considera que se ha encontrado "con personas jóvenes muy adultas, que tienen una vida rica y con mucho que contar". En cuanto a lo negativo, insiste en "la desconfianza en el extranjero, el diferente, en que son muy cerrados".
Aunque afirma que se siente inmigrante ("muy inmigrante", recalca) y que se da cuenta de que posee una "mentalidad diferente" que los vascos, sabe que su condición de extranjera en España es muy distinta de las de otros colectivos. "Sé lo afortunada que soy. Cuando pienso en las dificultades que he tenido yo para adaptarme, en lo que me ha costado irme de mi país, me acuerdo de la gente que viene de lugares tan distintos y distantes como África o Latinoamérica, con otros ritmos, otras culturas, y me estremezco al pensar cómo será para ellos", reconoce. En su opinión, la inmigración es la asignatura pendiente de Europa. "Debería plantearse en serio este tema, porque hasta ahora no se ha afrontado de verdad. Los europeos tenemos que encontrar una política común que se base en los derechos humanos", afirma Battoni.
En ese asunto, el de los derechos humanos, le gustaría a ella poner su granito de arena a través de su gran pasión: el cine. Aunque estudió ciencias políticas y economía y trabaja en un banco, es una apasionada del cine y, en el futuro, le gustaría utilizarlo como herramienta. "Me gustaría dedicarme a hacer cine comprometido. Creo que el arte siempre debe estar inmerso en la sociedad y sus preocupaciones. Ha sido así históricamente y así debe ser". Elisa Battoni califica al cine español de "fantástico" y cree que el que se hace en el País Vasco o el de directores vascos es "especialmente bueno".
Quizá en esa opinión haya influido su pareja, Álvaro González, un joven de Getxo que comparte productora (Saiaka Producciones) con un realizador vasco, Koldo Serra.
Al final, cine y derechos humanos se van entrelazando en su vida. Aunque Battoni se encuentra en estos momentos bastante atareada ya que está terminando el doctorado en cooperación internacional en la UPV. Esta actividad académica la compagina con su trabajo en un banco. "Este trabajo me da la oportunidad de viajar mucho. Nos envían a cursos en el extranjero. Y eso es lo que me gusta hacer a mi: viajar. Soy una trotamundos, me gusta mucho conocer otros países, moverme. Lo considero muy importante para abrir la mente. Por mucho que vivas en un lugar maravilloso es necesario viajar", asegura.
Elisa Battoni habla varios idiomas, aunque afirma que ésa no ha sido su prioridad sino que se ha visto obligada por las circunstancias. "El primer idioma que aprendí fue el francés, en la escuela, luego el inglés en el instituto y, por fin, después de hacer estos idiomas obligada pensé en estudiar el que me gustaba: el castellano, y lo hice con un curso on-line". Aunque se le ha pasado porla cabeza estudiar euskera, un idioma que le "fascina", piensa que sería preferible para ella dedicar esa energía "al árabe o al chino". Quién sabe a dónde le llevará su espíritu viajero. "Por ahora estoy en Euskadi, y también deseo volver a la Toscana, pero no sé lo que me deparará la vida ya que estoy abierta a todo".
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