"Holanda era mejor que nosotros"

A sus 54 años, Rainer Bonhoff camina erguido y altivo, como corría en los años setenta por los campos de Europa. Formó parte de un equipo de ensueño, el Borussia Mönchengladbach, junto a Netzer, Heynckes y Vogts, y después construyó una pareja inolvidable con Kempes en el Valencia. En el Mundial del 74, jugó a partir de la segunda fase y su energía en el centro del campo fue clave para la victoria de la Alemania Federal. Marcó nueve goles en 53 partidos con la selección.

Pregunta. ¿Por qué se jugó esa semifinal frente a Polonia, en medio de un campo completamente anegado, en Frankfurt?

Respuesta. No había ninguna razón para jugar ese partido, pero nos obligó la FIFA por tratarse de un Mundial. Los polacos no querían jugar porque eran más técnicos que nosotros. Al principio tuvimos suerte porque ellos jugaban mejor, pero después de 20 minutos, lo empezamos a controlar. Tenían jugadores de lo mejor del mundo: Gadocha, Deyna, Lato... Al final ganamos por la fuerza. Yo hice un partidazo, marqué personalmente a Deyna y lo controlé.

"Marcamos al hombre. Vogts a Cruyff y yo a Neskeens. Les eliminamos su corazón"

"Kempes y yo hacíamos una gran pareja. Era el mejor delantero y estaba enamorado del fútbol"

P. Usted era un portento físico.

R. El poder que yo tenía era mi corazón, la rapidez, el tiro, y que siempre quería ganar. Físicamente siempre estaba a tope. Nadie se parece a mí ahora. En mi época no era fácil entrar en la selección.

P. Netzer se quedó fuera.

R. Lo que pasó es que Netzer, que era el más genial de todos, el año anterior se había ido del Mönchengladbach al Madrid, y Helmut Schön, el seleccionador, decidió que Overath, otro genio en el centro del campo, lo sustituyera.

P. Usted le debe mucho a Sparwasser

[el delantero de la Alemania del Este que marcó el gol de la victoria ante la Alemania Federal]

R. Sí. El mejor partido que jugué fue el que perdimos contra la República Democrática porque no lo jugué. Schön se dio cuenta de que necesitábamos rejuvenecer el equipo y entraron algunos jóvenes como yo, que tenía 22 años. Para mí, fue el momento más grande. Cambió a cinco jugadores. Me llegó el momento y dije 'ahora sí'.

P. ¿Cómo recuerda la final ante Holanda?

R. Después de treinta y tantos años vi otra vez el partido y me di cuenta que tuvimos más ocasiones de gol que ellos. Sin embargo, Holanda fue la mejor selección en el 74 y en el 78. Lo que sucedió es que hay una gran rivalidad entre Alemania y Holanda y, cuando recibimos un gol en la final en 90 segundos, dijimos 'vamos a luchar y pelear hasta el final'. Ellos eran mucho mejores. Le ganaron fácilmente hasta a Brasil. Marcamos al hombre: Vogts a Cruyff y yo a Neskeens. Les eliminamos su corazón. Ellos jugaron con un 4-3-3 y nosotros con un 4-4-2 con Beckenbauer de líbero. Era el hombre libre en todo el campo.

P. ¿Mandaba mucho Beckenbauer?

R. No tanto, él dirigía el equipo desde atrás y tomaba su responsabilidad.

P. Breitner era lateral izquierdo muy particular.

R. Él era mediocampista, pero su posición estaba ocupada por Overath. Ocho años después jugó con Rummenigge en el centro del campo.

P. ¿Era maoísta Breitner?

R. Sí, como todos los jóvenes, estaba al lado de Mao.

P. Ese título mundial del 74, ¿fue una especie de justicia histórica con una selección que había merecido más en otros mundiales?

R. Era justo 20 años después del Milagro de Berna, en el Mundial del 54. En Inglaterra 66 ya pasó lo del gol de Geoff Hurst, que no había entrado y le dio la victoria a Inglaterra. Y en México 70, Alemania perdió injustamente contra Italia en semifinales. Así que, sí hubo un poco de justicia histórica, además de que en el 72 ya teníamos un gran equipo y ganamos la Eurocopa.

P. Quien no ganó nada fue Uwe Seeler, uno de los mitos del fútbol alemán.

R. Así es, estuvo en dos finales y las perdió las dos.

P. ¿Cómo ve a la actual Alemania?

R. Juega bien, ofensivo, pero no tienen tanta constancia como nosotros. Creo que crecerá a medida que avance el torneo.

P. ¿Cómo recuerda su paso por el Valencia?

R. Formamos una pareja fantástica Kempes de delantero y yo de mediocampista. Ganamos dos títulos, la Copa del Rey y la Recopa.

P. ¿Kempes era el mejor del mundo?

R. El mejor delantero, sí. Estaba enamorado del fútbol.

P. ¿A qué se dedica ahora?

R. Estoy en lista de espera para entrenar un club o para ser gerente.