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Reportaje:Alemania 2006 | Italia-Australia

Mago Hiddink

El entrenador holandés, esta vez al frente de Australia, se cruza de nuevo en el camino de Italia

Siempre atentos a las supersticiones, los analistas italianos han indagado en la personalidad de Guus Hiddink y han llegado a la siguiente conclusión: es un mago, un buda y un tabú. El técnico holandés, de 60 años, vuelve a cruzarse en el camino de Italia, hoy en Kaiserslautern, esta vez al frente de la selección australiana. Y los poderes mágicos se le atribuyen desde que, dirigiendo a Corea del Sur, eliminara a los azzurri en los octavos de final de la pasada Copa del Mundo.

"¿Queréis saber si es posible comparar aquel partido con éste? No me parece que haya cambiado nada: hoy, como entonces, Italia parte como favorita", dijo socarrón Hiddink ante un escuadrón de periodistas italianos, que recordaron que se trata de un entrenador vincente: ganó la Copa de Europa con el PSV Eindhoven en 1998 y la Intercontinental con el Real Madrid en 1999, además de ser dos veces semifinalista en los Mundiales con Holanda en 1998 y con Corea en 2002.

"El mundo ha visto que jugamos para atacar. Esta es nuestra victoria", avisa el técnico
"Es un monstruo. No hay nadie como él para variar el rumbo de un partido", presumen sus jugadores
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Hiddink se sentía ayer en su salsa. El rey del universo, ante los temores que despierta su capacidad para volver a fulminar a una potencia como Italia. Y lo que es más grande: desde un país, Australia, con una cultura futbolística que apenas balbucea. "Australia es un país enloquecido, todos los italianos de allí nos animarán", dice pensando en la gran colonia azzurra de los antípodas. "No es grave morir; es mucho peor no vivir", proclama este holandés errante cuya próxima estación será Rusia, regada por los dólares de Roman Abramovich, el dueño del Chelsea, que le va a pagar cuatro millones de euros. "En los tres partidos de la primera fase hemos remontado un resultado adverso. Sabemos reaccionar", asusta Hiddink, que quiere que se identifique a su equipo con el buen fútbol, independientemente de los jugadores de los que dispone. "El mundo ha visto que jugamos para atacar. Esta es nuestra victoria. No seremos defensivos. Contra Brasil tuvimos algunas ocasiones, pero Italia tiene una cultura defensiva mejor. El gran éxito de esta Australia es que ha mejorado mucho en poco tiempo, pero la gente debe ser realista. Mañana será David contra Goliat. Los italianos son favoritos al ciento por ciento. En su alineación, Grella se encargará de marcar a Pirlo, considerado más peligroso que Totti, mientras mantiene la incógnita sobre si Kewell, autor del definitivo gol del empate ante Croacia, entrará de inicio o como recambio.

Hiddink pretende repetir la fórmula coreana. Ese 3-4-3 de ritmo frenético, juego por las alas y posesión de balón que tanto daño les hizo a los italianos. Presión y contraataque. Esos son los ingredientes que prepara el preparador holandés y que tanto valoran sus jugadores, imparables a la hora de ensalzar a su entrenador. "Hiddink es un monstruo. No he visto nunca a nadie como él para cambiar el rumbo de los partidos", dice el centrocampista Bresciano, del Parma. "Es un mago capaz de transformarnos", agrega el capitán y delantero Viduka. En cualquier caso, Hiddink sabe que esta vez ya no disfrutará de las ventajas que le dio hace cuatro años Giovanni Trapattoni desde el banquillo y Panucci desde la defensa. Tampoco las del árbitro ecuatoriano Byron Moreno con el silbato. "Lippi ha desarrollado una filosofía nueva, batirlo será más difícil", reconoce.

Mientras, Italia ha abierto, como siempre, un debate sobre si su jugador de más talento, Totti, debe ser titular o no. El diario Corriere Della Sera incluye una encuesta en su página web que pregunta al respecto. Aunque su supuesto sustituto, Perrotta, en ningún caso se postula para el puesto: "Francesco está a un 70%, pero en esta selección nadie puede sustituirlo. Y yo, menos. Sería un pecado". Nadie piensa en Del Piero como alternativa. El capitán del Juventus tiene la moral por el suelo. Totti sigue, cerca de los 30 años, sin marcar en un Mundial. Sus ocho goles en 54 partidos con la azzurra fueron fuera de la Copa del Mundo. Ésta es su última gran oportunidad. "En estos últimos días hemos estudiado mucho a nuestros rivales. Haremos un gran partido", asegura el capitán del Roma. Delante jugará Gilardino, que se ha ganado la primera plaza en el ataque. La segunda está mucho más disputada entre Iaquinta e Inzaghi, que han aprovechado sus minutos para marcar. El goleador Toni, en cambio, se ha quedado rezagado.

Hiddink, durante una sesión de trabajo.
Hiddink, durante una sesión de trabajo.REUTERS

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