Musulmanes y occidentales se miran con desconfianza
Una encuesta mundial muestra un abismo en la percepción del otro en ambas comunidades
Para los musulmanes, los occidentales son sobre todo egoístas y arrogantes, mientras que para los occidentales, los musulmanes son fundamentalmente fanáticos y violentos. Ambas comunidades confiesan abiertamente sus malas relaciones en la encuesta realizada en 13 países por Proyecto Pew sobre Actitudes Globales. Sobre este profundo abismo que se levanta hay una esperanza: la visión más conciliadora de los islamistas europeos.
Entre los musulmanes se percibe amargura y rencor hacia Occidente, al que responsabilizan de muchos de los males que padecen sus países. En general, tienen una opinión bastante peor que hace un año y culpan a los occidentales del deterioro que padecen las relaciones (64% de los turcos). Sin embargo, hay una clara tendencia entre estas sociedades a rechazar el terrorismo y los ataques suicidas que afecten a civiles, sobre todo en Jordania.
La polémica desatada por las caricaturas de Mahoma, la continuidad de las guerras en Irak y Afganistán, el conflicto palestino-israelí y el ataque terrorista en Londres han marcado el año transcurrido desde que Pew Center realizó su anterior sondeo. Éste ha sido elaborado entre el 31 de marzo y el 14 de mayo en Alemania, Francia, India, EE UU, España, Reino Unido, Rusia, Turquía, Egipto, Jordania, Indonesia, Pakistán y Nigeria.
Entre los datos más sorprendentes destaca que casi cinco años después del 11 de septiembre de 2001 todavía hay un alto número de islámicos que considera que no fueron árabes los que los cometieron los atentados en Nueva York y Washington.
Pero es la percepción del conflicto de las caricaturas lo que muestra con mayor nitidez el abismo que separa a musulmanes de occidentales. Para los primeros, revela la falta de respeto y el desprecio de Occidente hacia la religión que profesan más de mil millones de personas. Para los segundos, el fanatismo y la intolerancia de los musulmanes fue lo que desató el problema.
El único punto en que parecen estar de acuerdo los 14.000 encuestados es en que las naciones islámicas deben ser más prósperas económicamente. Sin embargo, los musulmanes culpan de su pobreza y su falta de desarrollo a la política de Estados Unidos y a Europa, mientras que Occidente apunta a la corrupción de esos gobiernos, a la falta de educación y al fundamentalismo islámico como las causas que frenan la prosperidad de esas sociedades.
Entre las tendencias positivas que se perciben en los países islámicos es que muchos encuestados considera que pueden tener sistemas de gobierno democráticos y plurales (74% de jordanos). En esto la respuesta occidental está bastante dividida, excepto Reino Unido y Francia, que opinan mayoritariamente lo mismo.
Los musulmanes que viven en Europa sostienen una visión equidistante de la de los ciudadanos con los que conviven y de la de los habitantes de países islámicos. Reconocen en sus vecinos de otra religión atributos como la tolerancia, la generosidad y el respeto a las mujeres, al tiempo que creen por un amplio margen que es posible la democracia en el mundo islámico (80% de musulmanes británicos). De ahí que Pew Center vea en los musulmanes europeos el puente de comunicación entre las dos civilizaciones.
España se radicaliza
Entre los países occidentales, España es el único en que se ha registrado un brusco descenso en la opinión de sus ciudadanos sobre los musulmanes. En 2005, el 46% de los encuestados tenía una visión positiva del mundo islámico, frente a sólo el 29% registrado en este año, en que también se ha producido un significativo descenso en la opinión que tienen los españoles sobre los judíos desde un 58% a un 45%.
Sin duda, la actitud más negativa de los españoles hacia los musulmanes es que el 83% considera a éstos unos "fanáticos".
Tal vez más sorprendente sea que el 41% de los españoles ha respondido que la mayoría o muchos de los musulmanes que residen en España apoyan a los extremistas islámicos, aunque, sin embargo, sólo el 12% de los musulmanes residentes considera que muchos o la mayoría de los que profesan en España la fe de Mahoma apoyan a radicales de Al Qaeda o de grupos semejantes.
Los españoles son también los más críticos a la hora de enjuiciar el trato de los musulmanes a sus mujeres. El 83% considera que no las respetan. Casi el mismo porcentaje de musulmanes residentes en España, el 82%, que opina que los occidentales respetan a las suyas, visión que no comparten ni jordanos ni egipcios.
La mayoría de españoles, el 58% -aunque en este punto los alemanes se llevan la palma, el 70%-, considera que hay un conflicto natural entre ser un musulmán devoto y vivir y adaptarse a una sociedad moderna.
En un síntoma de la poca confianza que tienen los españoles en la evolución hacia la modernidad de las sociedades islámicas, sólo un 37% opina que la democracia es un sistema de gobierno susceptible de dirigir los destinos de esos países. Mientras que un 60% de británicos y un 59% de franceses creen en la democratización de esas sociedades.
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