Alierta se aferra al dividendo para tranquilizar a los accionistas

El presidente de Telefónica, César Alierta, apeló ayer a la política de dividendos para tranquilizar a los 1,6 millones de accionistas de la operadora, para los que 2005 no ha sido precisamente un buen año, ya que el grupo fue uno de los cuatro únicos valores del Ibex 35 que cerró en negativo (caída del 8,3%), frente a una revalorización media del 18,2%.

Alierta aprovechó la junta de accionistas más tranquila de la historia reciente de la compañía, sin apenas contestación sindical, para asegurar que confía en que la cotización se recupere tras los recientes compromisos como la duplicación del dividendo desde los 0,5 euros hasta un euro en 2009, y la restricción de las compras hasta finales de 2007, con la eliminación de las ampliaciones de capital.

El presidente desveló que en 2005 la operadora ha destinado 4.476 millones de euros a remunerar al accionista, tanto en el pago del dividendo como por la distribución de acciones propias.

El otro argumento de Alierta en defensa de su gestión fue que Telefónica lo hace mejor que sus rivales, y que si la acción del grupo español ha caído un 7,8% entre el 31 de diciembre de 2004 y el 1 de junio de 2006, las de France Télécom, Deutsche Telekom y Vodafone han registrado caídas del 27,6%, 22,2% y 11,3%, respectivamente.

La junta de accionistas aprobó la fusión por absorción con la filial de Móviles mediante canje de acciones que se materializará en la primera semana de agosto. También dio el visto bueno al plan de retribución ligado a la cotización para 1.900 directivos por un máximo de 754 millones hasta 2010.

Por otra parte, la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones ha paralizado la comercialización de una oferta de Telefónica consistente en una línea para segundas residencias con una cuota de abono mensual reducida (6,7 euros).