España dona a Mauritania cuatro patrulleras para el control migratorio
La Guardia Civil ha donado a Mauritania cuatro de sus patrulleras para que la Gendarmería de ese país cree su propio servicio marítimo de control de fronteras. Las cuatro embarcaciones llegarán a Nuadibú, el puerto pesquero del que partían los cayucos, antes de que acabe el mes que viene, a bordo del buque de la Armada Contramaestre Casaso, y tras ellas arribarán las tripulaciones locales, que han sido adiestradas en Algeciras y Málaga. El director general de la Guardia Civil, Joan Mesquida, acudió ayer a la capital mauritana para cerrar la cesión de esos medios y firmar los protocolos de actuación de las patrullas conjuntas de gendarmes y guardias a bordo de la patrullera Río Duero, un helicóptero del instituto armado y el buque insignia de la Agencia Tributaria, Petrel I, ya en Nuadibú.
Las cuatro patrulleras, que están siendo repintadas con los colores de la Gendarmería de Mauritania, se completarán con la cesión de tres vehículos todoterreno, 25 ordenadores y un autobús, todo de segunda mano pero en perfecto estado. Mesquida aseguró en Nouakchott que dichos medios servirán tanto para reforzar el control de las fronteras del país (sólo tiene un barco tipo pesquero para vigilar la inmigración) como para que Mauritania cree su propio servicio marítimo.
Las tripulaciones de esos barcos (ocho patrones y 10 mecánicos) han sido formadas ya en España y el servicio estaría listo para funcionar en Nuadibú a partir de finales del mes que viene. Las patrulleras no son exactamente un regalo, sino que la Unión Europea se ha comprometido a financiar la construcción de otras tantas para la Guardia Civil. La UE también se ha comprometido a financiar durante seis meses el combustible y el mantenimiento de las mismas.
El despliegue de España en Mauritania para el control migratorio se completa con la actual presencia en Nuadibú de la patrullera de altura Río Duero, de 25 metros de eslora, que ya ha interceptado casi 300 inmigrantes que acababan de partir de las costas mauritanas. El sábado pasado arribó a la zona el buque Petrel I, de 72 metros de eslora, propiedad del Servicio de Vigilancia Aduanera, y ayer mismo llegó un helicóptero del instituto armado para facilitar las labores de localización e interceptación de cayucos.
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