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Reportaje:

Belleza sin pedigrí

Unos 400 perros participan en el certamen 'Concurso de Perros Sin Raza' organizado por la asociación ANAA en Colmenar Viejo

Daniel Verdú

Nació en la calle, en Leganés. Su madre se marchó a Alemania y sólo hay una foto de ella. Se llama Adela, tiene ocho años y ayer ganó el premio a la hembra más guapa y la medalla al best in show, galardón que la erigió en el mejor perro del certamen. El décimo certamen del concurso de perros sin raza (los de raza también son bienvenidos) organizado por la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA) y celebrado en el Recinto Agropecuario de Colmenar Viejo.

"Queremos promocionar al perro mestizo como animal de compañía. La gente a veces quiere ver el árbol genealógico y el pedigrí del animal antes de decidir si vivirá con él. Pero los mestizos muchas veces tienen mejores cualidades que los perros de raza. Y necesitan que alguien los adopte", explican desde la organización. El dinero recaudado con el concurso se destinará a la protección de animales. Unos 400 perros participaron ayer en modalidades como la de macho más guapo, hembra más guapa, más orejudo y al más obediente.

En esta última categoría fue cuando se vio al público más entregado. Luis Polo entró al ruedo con su perra Loba. Tras demostrar su obediencia con trucos más o menos habituales, le dio de comer a su perra. La sorpresa fue cuando ésta rechazó la comida a menos que Luis se la entregara con su mano derecha. El número cautivó al jurado y se llevaron la medalla. "Se lo enseñé un día que me quitó la comida que le estaba preparando y que yo sostenía con la mano izquierda", explicaba su amo tras el triunfo.

Adela, la ganadora absoluta del certamen, encontró hace ocho años en casa de María Paz Lázaro un hogar. Pero cada año se abandonan en España unos 200.000 perros. María Paz, con los ojos vidriosos y temblando de la emoción, explica los motivos de su alegría. "Estoy contenta de que haya ganado porque Adela es mitad galgo, y la gente cree que esta raza no es buena para la compañía", explica mientras denuncia el trágico final que cientos de perros galgo sufren cada año cuando finaliza la temporada de caza.

El centro de adopción de ANAA consigue que 1.500 animales al año encuentren un hogar y una familia responsable.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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