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La última ruta de Rubén

El camionero que murió en la A-1 viajaba de su pueblo en Burgos a Belvis para recoger mercancía

A Rubén Escudero de la Torre le gustaba su pueblo, Nava de Roa (Burgos, a 179 kilómetros de Madrid) pese a ser un lugar con apenas 250 habitantes y pocas expectativas para la gente joven. Allí tenía su novia, Alicia; sus padres y sus tres hermanos; sus amigos, con los que salía de fiesta a bailar bakalao y pachanga. Y su trabajo: el camión.

Una vida de un chaval cualquiera de la ribera del Duero que el viernes pasado se vio truncada cuando Rubén, de 23 años, se despeñó con su camión por un terraplén de la carretera de Burgos (A-1). El chico murió en el accidente, pese a los intentos de un salvador espontáneo, Vicente Sánchez, por reanimarle.

Rubén trabajaba como camionero para la empresa de transportes de sus padres: Abonos, Cereales y Transportes Lourdes de la Torre. Lourdes se llama su madre, y el nombre va plasmado en la parte delantera del tráiler en el que sufrió el accidente.

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En su último viaje, el chico llevaba el camión sólo con unos palés porque iba a recoger unos cristales a una empresa de Belvis del Jarama (Madrid). Después tenía que transportar el material a Oviedo para la construcción de un palacio de congresos. "Salió de casa a las cuatro de la tarde, después de comer. Ni siquiera le dio tiempo a tomar café", contaron ayer sus padres, Jesús y Lourdes, en el domicilio familiar.

Esa tarde cayó una buena tromba de agua en Madrid y en Castilla y León. El padre de Rubén le advirtió: "Si por el camino cae piedra, ya sabes: te paras". "Y me contestó: Papá, tranquilo", recordó Jesús, sereno, en el salón de su casa.

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La lluvia. Los padres achacan el accidente a la posible formación de balsas de agua en la carretera. "La Nacional I, ¡esa senda de cabras que tenemos en Castilla!", se quejó con amargura el padre, camionero experto y a punto de jubilarse. Los padres buscan explicaciones a lo ocurrido. "El camión iba de vacío, y eso dificulta que al frenar puedas hacer la tijera: cruzar el vehículo en la carretera y no despeñarte", explicaron sus familiares. Rubén trabajaba con el camión desde hacía un año y antes estuvo empleado en un taller mecánico en Lerma (Burgos).

"No, no ha sido por falta de sueño", afirmó sin titubear Alicia, su novia. Y los padres asienten. La jornada laboral de un camionero es de ocho o nueve horas diarias. "Y él la cumplía y hacía sus descansos. Los discos del tacógrafo que lleva el camión marcan la velocidad y las horas que lleva conducidas el camionero. El Ministerio de Fomento hace inspecciones; nosotros cumplimos la ley", aseguró Lourdes, la madre de la víctima.

La semana del accidente, Rubén estuvo haciendo la ruta Nava de Roa-Belvis del Jarama-Oviedo y también transportó de Valencia a Málaga las instalaciones del espectáculo del Circo del Sol. "De lunes a miércoles estuve con él en Valencia y Málaga. Yo viajaba mucho con él. Dejábamos la carga, dormíamos en ruta y estábamos juntos. Él era un conductor muy prudente", explicó Alicia, su chica.

Las calles de Nava de Roa tenían ayer el suelo cubierto de tomillo, hierbabuena y pétalos de rosa por la celebración del Corpus Christi. En el único bar que hay en el pueblo, los amigos de Rubén toman café el domingo por la tarde ajenos a la jornada festiva. Hace pocas horas que los veinteañeros han enterrado a su amigo, en una ceremonia con "más de 5.000 personas, gente de todos los pueblos de alrededor". "Por la carretera no se podía ni circular de la gente que había", recordaron Óscar, Álvaro, Christian y Noemí.

Si el accidente no hubiese ocurrido, Rubén, su novia y el resto de la pandilla habrían pasado el fin de semana en las fiestas de un pueblo vecino, Valdezate. "Aquí hay poca cosa que hacer si eres joven", se quejan los chicos. Para salir de marcha, Rubén y sus amigos se movían a las discotecas de Aranda de Duero (Burgos) o a Peñafiel (Valladolid).

"Rubén era superbromista, muy extravertido...", contó Álvaro, un amigo. A su hermana Lourdes la llamaba siempre Vilches, por su carácter fuerte, como el personaje del doctor Vilches de la serie de Telecinco Hospital Central. Y él, de mote, tenía El Zacarías. "Como su abuelo, que en paz descanse, y que se llamaba Zacarías", explicó su madre.

Los jóvenes de Nava trabajan en el campo o en las bodegas de vino de la zona. La vida estudiantil en el pueblo termina en primaria. Para hacer la secundaria tienen que irse a una localidad más grande: Roa. "Rubén estudió interno en Logroño y Burgos. Los frailes le querían tanto que vinieron al entierro", explicó Lourdes, su hermana. Al chico no le gustaba estudiar, "pero era muy listo, se sacó sin problemas el módulo de Mecánica de formación profesional porque le encantaba", explicaron sus familiares.

Su pasión por el motor le desbordaba. Dos semanas antes de morir estuvo con su novia en Madrid, en el Salón del Automóvil. Su sueño pasaba por llevar algún día las riendas del negocio familiar. "Es lo que más pena me da de todo. Me hubiese gustado ver hasta dónde habría podido llegar mi hijo", concluyó Jesús, el padre.

Vicente Sánchez carga en su espalda al camionero Rubén Escudero, ante la mirada de otro testigo.
Vicente Sánchez carga en su espalda al camionero Rubén Escudero, ante la mirada de otro testigo.CLAUDIO ÁLVAREZ

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