Los mercados se adaptan a los tipos
La subida del precio del dinero cambia los escenarios de rentabilidad de las Bolsas, la renta fija, los fondos de inversión y los planes de pensiones, y encarece las hipotecas
Las Bolsas de todo el mundo han encadenado una serie de descensos desde que, el pasado 10 de mayo, la Reserva Federal estadounidense subía los tipos hasta el 5%. Y, además, dejaba caer que las subidas se mantendrán si los datos económicos así lo aconsejan.
¿Se trata de un cambio de tendencia en las alzas acumuladas desde principios de año? Según los expertos, no. Es, más bien, la corrección después de unas alzas que quizá no estuvieran del todo justificadas. El propio presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, respaldaba esta visión el pasado 8 de junio. Ese día, tras anunciar una subida de tipos de un cuarto de punto porcentual en la zona euro (hasta el 2,75%), afirmó que la volatilidad de las Bolsas obedecía a una "nueva evaluación de los riesgos" por parte de los mercados.
Lo cierto es que el fantasma de la inflación parece haberse instalado en los mercados. El claro culpable es el petróleo, que este año ha batido niveles récord. El barril de brent, la referencia de crudo en Europa, llegó a dispararse hasta los 74,97 dólares el pasado 2 de mayo, su máximo histórico. Y la situación no tiene visos de cambiar, ya que persisten los conflictos geopolíticos y la fuerte demanda de los países emergentes.
El propio presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, lo advertía el pasado jueves. "Los incrementos acumulados en los precios de la energía y las materias primas han sido suficientemente importantes como para explicar en parte el reciente aumento de la inflación subyacente", aseguró. El IPC de EE UU avanzó un 5,2% en mayo, en términos interanuales. En la zona euro creció un 2,5%, por encima del 2% que el BCE tiene fijado como objetivo.
Y mientras los tipos de interés suben, invertir directamente en títulos de renta fija, pública o privada, se hace más rentable, lo mismo que mantener el ahorro en cuentas corrientes o depósitos. No sucede lo mismo, en todo caso, cuando la apuesta se dirige hacia los fondos de inversión o planes de pensiones a largo plazo: los mercados anticipan más alzas y las pérdidas para los partícipes han comenzado a generalizarse. La peor parte se la llevan, sin embargo, las personas, presentes o futuras, que deben hacer frente a una hipoteca, pues pagarán más.
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