Ghana despierta a África
El equipo más joven del torneo vence al checo con un fútbol potente y directo
"¡Viva África!", gritaron ayer las gradas del estadio de Colonia tras contemplar la primera victoria de un equipo africano en esta Copa del Mundo. El honor le correspondió a Ghana, que ha cuidado más que nadie el fútbol base: ganó dos Mundiales sub 17. Se ha presentando en Alemania con el combinado más joven de los participantes: su media de edad es de 25 años y 42 días, tres menos que la de la República Checa. Y proclama, como en la mayoría de los países de su continente, una pasión enorme por el fútbol. Los niños juegan en las calles, en los campos y en los sucios pastos entre cabras y vacas. Éste es, sin embargo, su primer Mundial y lo celebró con un juego vertiginoso. De área a área, a toque de corneta. Sin pausa en el centro del campo, donde los medios conducen la pelota un largo trecho, aprovechando su privilegiada condición física, hasta llegar al área contraria y empezar a combinar. No hay rival que aguante ese ritmo. Y ayer la víctima fue la República Checa, en la que no se observa un cambio generacional. Semifinalista europeo en Portugal 2004, el declive de Nedved, Poborski, Koller, ausente por lesión, y Smicer, que ni ha viajado por dolores crónicos, no ha sido compensado por la aparición de nuevas estrellas. El genio de Rosicky es fugaz. Un día está, ante Estados Unidos, y al siguiente no. Y no hay nadie más detrás. Un colosal Cech evitó una goleada de escándalo.
El declive de Nedved, Poborski y otros no ha sido compensado por nuevas estrellas
La segunda plaza del grupo se pone muy cara. La tiene Ghana al alcance si derrota, como parece probable, a Estados Unidos. Entonces, se mediría en los octavos de final a Brasil en lo que podría ser un choque complicadísimo para la canarinha. Si un emisario de Parreira vio la disputa de ayer en directo, tiene motivos para preocuparse. Por ejemplo, con Essien, el mediocentro por el que el Chelsea pagó 38 millones al Lyón. Se empieza a entender el porqué. No es sólo un portento físico, sino que es dinámico, tenaz y versátil, Y, sobre todo, demuestra gran personalidad pese a sus 23 años. Ayer llevó todo el peso de su equipo. Decenas de arrancadas desde el círculo central con destino a Cech. Bien acompañado, eso sí, por el capitán, Appiah, y por el zurdo Muntari, que marcó de un zurdazo seco que entró por la escuadra. La única forma de derribar al gigantesco portero checo. Fue una gran jugada de equipo. Una pared entre Appiah y Gyan que acabó en los pies de Muntari, que enseñó un martillo en el izquierdo.
Era el segundo gol ghanés, cuando ya el seleccionador checo, Karen Brückner, había decidido morir con las botas puestas. Con un hombre menos por la expulsión de Ujfalusi, jugó con un 3-3-3 que no le sirvió más que para abrir definitivamente un vacío en su cobertura, que a durísimas penas tapaba a Cech. Un regalo para Gyan, el joven delantero del Udinese, cedido este curso al Módena, que fue protagonista principal del encuentro. De principio a fin. Marcó el primer gol, envió al poste un penalti y pasó el segundo y definitivo a su compañero Muntari. Ghana sólo tenía que mejorar en las áreas, puesto que su centro del campo ya había demostrado un gran potencial ante Italia. Lo hizo. En el minuto 2, Gyan, de 20 años, bajó la pelota con el pecho y disparó con la izquierda con toda el alma. El balón, picado, se coló a la derecha del larguirucho Cech. El portero del Chelsea, poco acostumbrado a fallos defensivos tan clamorosos, miraba estupefacto. El error cabe atribuírselo a Ujfalusi, que voló en plancha para interceptar el pase hacia Gyan. Sin éxito. Ujfalusi pasó un calvario: en la segunda parte cometió un penalti sobre Amoah y fue expulsado.
El partido también lo ganó Ratomir Dujkovic, el técnico serbio de Ghana, cuando dejó a Kuffour en el banquillo. El central del Roma había sido un desastre en el choque contra Italia propiciando el tanto de Iaquinta al ceder corto atrás a su portero. Precisamente Kuffour ya se había enfrentado a Dujkovic antes del torneo por negarse a ir a un entrenamiento. "En un Mundial me traería hasta el diablo si supiera que puede ayudarme", dijo Djukovic para justificar la inclusión de Kuffour en su lista de 23. Ayer, sin embargo, no requirió al diablo y la defensa ghanesa se cerró mejor. También su portero, el desempleado Kigston, mucho más seguro en los centros cruzados que ante los azzurri. Al final, los jugadores ghaneses se tiraron al suelo del estadio de Colonia. Invocaron y agradecieron a sus dioses haberles concedido este honor: la primera victoria africana en Alemania.
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