El presidente francés de EADS culpa a los socios alemanes de la crisis de Airbus

Encajado el primer golpe, ayer llegó la hora de pasar cuentas, señalar culpables y dar explicaciones. Noël Forgeard, copresidente del consorcio aeroespacial y de defensa europeo EADS negó "categóricamente" que, cuando vendió en marzo pasado parte de sus opciones sobre acciones de EADS, dispusiera de información sobre los problemas en la fabricación del avión A380. El que fuera patrón de Airbus -filial de EADS- hasta 2005, desvió todas las responsabilidades de los retrasos en las entregas del nuevo avión hacia sus socios alemanes.

La crisis de EADS llegó ayer a Bruselas. En el marco del Consejo Europeo, el presidente francés Jacques Chirac proclamó que mantenía "toda su confianza" en Airbus, aunque no citó a Forgeard. "No hay que exagerar", dijo, "en un proyecto tan complejo se puede esperar que haya retrasos, pero no estoy preocupado". El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró por su parte que su Gobierno "dará a EADS el apoyo necesario para superar sus problemas". España está presente en el consorcio a través de CASA. Por su parte, el Gobierno alemán, a través del viceministro de Economía, Hartmut Shauerte, anunciaba "una discusión muy cuidadosa de las dificultades", admitiendo al tiempo que "hay un aspecto político en los problemas".

La Autoridad de los Mercados Financieros (AMF), el gendarme de la Bolsa francesa, desveló ayer que "investiga desde hace varias semanas el mercado del títulos de EADS". En un breve comunicado, la AMF anunciaba que "en el cuadro de la encuesta se examinarán los recientes acontecimientos". En la Asamblea Nacional francesa, la oposición de izquierdas pidió al Ejecutivo de Dominique de Villepin que investigue y "haga la luz sobre una posible manipulación". El primer secretario del Partido Socialista preguntó si el Gobierno mantenía su confianza en la actual cúpula de EADS.

Forgeard y sus hijos, así como otros cinco directivos de EADS, vendieron opciones sobre acciones de EADS con una plusvalía de casi siete millones de euros. Ayer aseguró que fue informado sobre los problemas en la producción del A380 avión gigante "durante el mes de abril" y pidió que se deje a sus hijos fuera de esta polémica, ya que fue él quien realizó la operación. Ha sido "un azar desgraciado", añadió, porque si hubiera tenido la mínima información que apuntara hacia un retraso en las entregas del A380, "no habría vendido". Forgeard explicó que aún le quedan casi la mitad de sus opciones sobre acciones de EADS.

Además de defenderse, Forgeard atacó, desplazando la responsabilidad de la crisis hacia los socios alemanes, concretamente al presidente de Airbus Gustav Humbert. El A380 "es un avión muy complicado", admitió, pero "la alarma no funcionó a tiempo durante las pruebas y los equipos nos informaron demasiado tarde de las dimensiones del retraso". El ex presidente de Airbus citó entonces "ciertas fábricas", con "una gran concentración de problemas en Hamburgo", para añadir, por contra, que "la dirección del programa A380 en Toulouse no está en causa".

La crisis ha reabierto las heridas de la lucha por el control del consorcio europeo hace un año, cuando Forgeard, entonces patrón de Airbus, se vio obligado a compartir la presidencia con los alemanes. La presidencia compartida se fijó en 2000 cuando EADS salió a Bolsa, pero sólo de forma provisional, mientras la empresa adquiría personalidad propia al margen de sus componentes. Pero DaimlerChrysler no quiso perder esta prerrogativa.

El jueves, Arnaud Lagardère, el principal accionista privado francés de EADS, disparaba contra Humbert en una entrevista a Le Monde afirmando que el pasado mes de mayo le preguntaron a Humbert sobre un posible retraso del programa A380. "Su respuesta fue: no tenemos ninguna información que nos permita deducir que habrá una demora en las entregas", decía Lagardère.

Tanto Lagardère como el principal accionista alemán de EADS, el grupo DaimlerChrysler, se desprendieron cada uno de un 7,5% del capital de EADS el pasado mes de abril, lo que añade fundadas sospechas de que mucha gente estaba al corriente de los problemas en la producción del A380.