Proyecto Gran Simio y progreso moral

La carta al director de doña Alicia Puleo [publicada ayer] sobre mi artículo del 10 de junio acerca del Proyecto Gran Simio comienza diciendo "Como mujer...", y termina "directora de la cátedra de Estudios de Género", como para sugerir que aquí el género y el cargo de los firmantes importa más que aquello sobre lo que se trata. Yo no voy a responder como varón ni como director de nada, pues ella se encarga de subrayar mi insignificancia frente a otros especialistas "de renombre internacional", como ella misma.

Habría comprendido que se sintiese ofendida por quienes comparan a las mujeres con los simios, pero me resulta sorprendente que lo haga precisamente con quienes criticamos esa comparación. También habría esperado que compartiese conmigo las reservas ante un argumento que pretende deducir derechos a partir de la dotación genética (de cuya cuantificación científica jamás he osado burlarme); lo que no preveía es que atribuyese mi crítica a mis prejuicios sexistas contra el género de quienes investigan la vida de los primates. Desconfío, por tanto, cuando me imputa conocimiento de la idea ilustrada de progreso moral: si el avance ético consiste en considerar a las mujeres y a los simios como "colectivos" -la expresión es suya- moralmente equiparables y en acusar de violencia de género a los críticos que no estén de acuerdo con esa opinión, entonces confieso no tener la menor idea de en qué consisten ni el progreso ni la ilustración.