El Gobierno cree que está en "la antesala de la paz" y el PP exige que no inicie ningún diálogo

El Gobierno reaccionó ayer con "optimismo" y "cautela" ante el último comunicado de ETA. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, destacó la parte final del comunicado, donde la banda anuncia su pretensión de "llevar hasta el fin" el alto el fuego. "Para el Gobierno, la palabra fin es la antesala de la paz", afirmó. El PP, mientras, vio tanto en el comunicado como en las cartas de extorsión que habrían recibido empresarios vascos la prueba de que ETA mantiene su chantaje. Por ello, el PP pidió al Gobierno que diga que "no procede diálogo alguno" con los terroristas.

"Llegar al fin sólo significa acabar definitivamente con la violencia y renunciar de forma irreversible y definitiva a cualquier tipo de violencia", dijo la vicepresidenta en La Moncloa. Con estas palabras, Fernández de la Vega puso de relieve la buena recepción que el comunicado de ETA ha tenido en el Gobierno.

Fuentes gubernamentales estiman también, por otras informaciones de que disponen, que el comunicado es un "espaldarazo" de la banda al proceso de paz iniciado con el alto el fuego permanente el 22 de marzo.

La vicepresidenta primera no quiso adelantar más acontecimientos. Insistió en que el proceso está aún en su etapa de verificación del fin de la violencia por parte de ETA y que no se dará el siguiente paso, el del inicio del diálogo del Gobierno con la banda, hasta que el presidente del Ejecutivo comparezca en el Congreso antes de fin de mes.

"En este momento no hay que trabajar en otro escenario que en el de la verificación del fin de la violencia, y lo que he dicho hoy es una cosa bien clara, que el fin significa acabar definitivamente con cualquier tipo de violencia y que el fin es la antesala de la paz", señaló.

La vicepresidenta no quiso comentar la referencia que ETA hace en su comunicado a la necesidad de que Francia se implique en el proceso. "No es nuestra costumbre comentar comunicados de ETA y menos si en ellos se hace una cosa tan fuera de la realidad como emplazar a otro Estado soberano", subrayó Fernández de la Vega.

El Partido Popular, sin embargo, reclamó al Gobierno que "no eluda los hechos" y tome nota de que tanto el comunicado de la banda como las cartas de extorsión que ayer denunció el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra, José Manuel Ayesa, demuestran que la banda terrorista "no se plantea la disolución ni renuncia alguna", sino que "sigue pagando la nómina y manteniendo los gastos que generan su continuidad". La opinión del PP fue expuesta por Ignacio Astarloa, su secretario de Interior y Justicia.

Astarloa pidió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que "aclare hoy mismo [por ayer] que no procede diálogo alguno con los terroristas". Lo importante, a juicio del PP, es que "el Estado evite cualquier movimiento hasta la verificación del final del terror, incluida, especialmente, la anunciada negociación política con ETA-Batasuna". Ésa es la posición oficial del PP: primero que ETA anuncie y demuestre que ha decidido el final definitivo e irreversible del terrorismo, y sólo después "el Estado se mueve".

El PP reclamó al Ejecutivo socialista que siga el ejemplo del Gobierno francés: "Es hora de que el Gobierno diga -como ha hecho el Gobierno francés desde el primer momento- que en España ETA no tiene la más mínima esperanza de negociar ni uno solo de sus objetivos por los que ha estado matando décadas".

Como esto no ocurre, según el PP, "ETA sigue extorsionando y diciendo a voz en grito que no va a desaparecer hasta que se satisfagan sus objetivos, se muestra cada día más optimista ante lo que va consiguiendo y llega a apremiar a los franceses a que se sumen de inmediato a las cesiones que está obteniendo en España".