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Carmen Alborch, la candidata de Zapatero

La ex ministra tiene el aval de la dirección del PSOE pese al malestar de dirigentes de Valencia

Cristina Vázquez

La candidatura de la ex ministra Carmen Alborch a la alcaldía de Valencia en 2007 cuenta con el aval expreso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de las direcciones federal y nacional de los socialistas. El anuncio, el pasado lunes, de que Alborch será la cara de una candidatura "fuerte y sólida", hecho por el líder de los socialistas valencianos, Ignasi Pla, ha provocado el enfado de dirigentes del partido en Valencia, que ayer metieron varios grados de presión a la negociación de la lista bajo la amenaza de convocar primarias. A última hora se negociaba a varias bandas.

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Las direcciones de Ferraz y Blanquerías dan prácticamente por cerrada la candidatura de la ex ministra de Cultura a la alcaldía de Valencia a menos de un año de la celebración de elecciones. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, primero, y el secretario general del PSPV-PSOE, Ignasi Pla, después, se lo han pedido expresamente. "Es un honor que piensen en mí para un puesto de responsabilidad", reconocía ayer en Madrid la diputada del PSOE en el Congreso. Zapatero le trasladó en persona la tarde del lunes, en un acto celebrado en Madrid, su felicitación y respaldo tras hacerse público que será la candidata.

El fichaje lo confirmaba el pasado lunes por la tarde el propio Pla tras entrevistarse con Alborch. La ex ministra se había reunido previamente con Rubio para perfilar la candidatura y todo parecía andar por buen camino. Las palabras de Pla -"[Alborch] será la cara de una candidatura fuerte y sólida que constituya una alternativa ganadora frente a [Rita] Barberá"- disgustaron a los dirigentes de Valencia "porque se dio por hecho sin respetarse los tiempos ni los procedimientos" del partido, se quejaban ayer.

El propio Rubio se vio obligado, poco después, a corregir a Pla, cuando aseguró que la candidatura de Alborch no sería oficial hasta que el comité comarcal del PSPV de Valencia lo ratifique y, visiblemente enfadado, amenazó con presentarse a primarias y disputar la candidatura con Alborch u otros candidatos. El escenario parecía complicarse, pues Alborch ya avisó que no quería que su candidatura causara tensiones internas.

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Los sectores o sensibilidades que controlan la formación en la ciudad de Valencia (Rubio-Ábalos, lermistas, FSP e Izquierda Socialista), recelosos de las consecuencias que puede provocar la incorporación de la ex ministra en las listas, han elevado sus críticas hasta el punto de que ayer, ante el silencio de Rubio, el presidente del partido, José Luis Ábalos, gran detractor de este fichaje -en 1999, con Alborch a punto de aceptar la candidatura a la alcaldía, forzó la celebración de primarias-, defendió de nuevo su celebración en contra de la opinión de Ferraz y Blanquerías.

Preguntada por el revuelo, Alborch se negó ayer a entrar en polémicas de partido y señaló que en este momento "son otros los que tienen que hablar lo que tengan que hablar". La diputada, en torno conciliador, reiteró que la candidatura debe ser refrendada por la Ejecutiva comarcal.

Las interpretaciones acerca de lo sucedido son variadas. Un sector del partido interpreta el enfado de Rubio y, sobre todo de Ábalos, como un paso más en la estrategia de presión lógica cuando se está negociando el encaje de la lista electoral de 2007. Rubio formaría tándem con Alborch, como número dos, con opción a la presidencia de la Diputación de Valencia. Y, que haya trascendido, nadie ha descabalgado a Ábalos de la candidatura. La gente que arrastran sí podría ser un problema "por eso es necesario presionar hasta el final", opinó una dirigente. La reuniones, formales e informales, de las diferentes familias socialistas de la ciudad, calentaban más el ambiente. El secretario de Organización del PSPV-PSOE, Vicent Sarrià, se entrevistaba a última hora de la tarde con Rubio para reconducir la situación, después de que el responsable federal José Blanco hablase poco antes por teléfono con el portavoz municipal.

¿Están dispuestos los dirigentes de Valencia a jugársela con Ferraz, obligándole a dar un golpe de mano?, era la pregunta del millón. Un golpe de mano que obligaría al PSOE a suspender el proceso de primarias en la capital. En Blanquerías guardaban silencio para no inflamar todavía más los ánimos, pero la opinión generalizada es que la negociación se reconducirá "porque iba bien", y en breve habrá novedades. "A estas alturas es difícil imaginar otro desenlace", subrayaron.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, opinaba también acerca de la operación. Para Barberá, la candidatura de Alborch evidencia la "guerra de candidatos" dentro del PSPV, donde el portavoz municipal, Rafael Rubio, "queda desautorizado" y debería dimitir, mientras la ex ministra "volverá a perder" en 2007.

Tras expresar su respeto por "cualquier candidato", Barberá, que gobierna la ciudad desde el año 1991, dijo que ésta es una "vuelta al pasado del Partido Socialista", y atribuyó a Pla la autoría de esta "maniobra". "Le queda un cartucho", dijo, "y busca cualquier situación que crea que le va a dar algún voto más". "Pues lo tiene bastante negro, no va a ser presidente de la Generalitat, lo afirmo rotundamente. Y encima está creando un lío en el partido de muchísimo cuidado", manifestó la alcaldesa.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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