La policía marroquí detiene a 500 militantes islamistas en una gran redada
Condenada a cuatro meses de cárcel la cúpula del movimiento Justicia y Caridad
Un día sí y al siguiente también. Las fuerzas de seguridad marroquíes están deteniendo a cientos -al menos unos 500 hasta el pasado fin de semana- de militantes del movimiento islamista Justicia y Caridad, ilegal pero hasta ahora tolerado, que dirige el jeque Abdessalam Yassin, de 78 años. El tribunal de apelación de Rabat condenó además ayer a 15 miembros de la cúpula del movimiento, en su mayoría familiares del jeque, a cuatro meses de cárcel por manifestarse sin autorización en 2001 aunque, por ahora, no ingresarán en prisión.
Un día es en Settat, al siguiente en Oujda y al tercero en Nador. La policía detiene a militantes, muchas de ellas mujeres, de Justicia y Caridad, registra sus sedes, se incuta de material de oficina y, a veces, las clausura.
Justicia y Caridad es el movimiento con mayor capacidad de movilización en Marruecos, como lo ha demostrado cuando convocó algunas manifestaciones. Rechaza reconocer al monarca alauí como Comendador de los Creyentes, por lo que no puede ser legalizado. En las últimas elecciones legislativas, en 2002, preconizó la abstención, privando de muchos sufragios a los islamistas legales del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD).
Las redadas policiales son educadas, sin violencia, y la organización islamista sólo ha denunciado la rotura del codo de un militante, a causa de un empujón, y algún que otro robo de móviles o relojes. Al cabo de unas horas, nunca más de 12, los detenidos son puestos en libertad. Algunas de las sedes del movimiento son también el domicilio de su responsable local. Así logra Justicia y Caridad disponer de locales, pese a no estar autorizada como partido o asociación. El cierre de la sede de Oujda impide ahora a su jefe en la ciudad, Mohamed Abbadi, regresar a su casa.
El nuevo ministro del Interior, Chakib Benmussa, desató la represión a finales de mayo. "El respecto de las libertades públicas (...), la libertad de expresión, de reunión y de manifestación están supeditados a que el ciudadano no pueda ser instrumentalizado", explicó entonces en un comunicado, dando a entender que los islamistas intentaban manipular a los marroquíes.
Las detenciones empezaron poco después de que Justicia y Caridad organizase en varias ciudades jornadas de puertas abiertas con exposiciones sobre la vida y obra del jeque Yassin y proyección de DVD. "Tenían mucho éxito y quisieron impedirlas", afirma Abdelá Chibani, yerno del jeque Yassin. Parece evidente que quisieron abortar una operación de relaciones públicas que atraería a más afiliados.
El pulso entre Justicia y Caridad y las autoridades empezó a finales del año pasado. Fue entonces cuando aparecieron en la página web del movimiento los sueños, supuestamente premonitorios, que vaticinan que 2006 será el año de la qawma, algo así como la sublevación popular. Algunos preveían incluso que el califato iba a ser restablecido en Marruecos, pero bajo la autoridad del jeque Yassin.
Estos pronósticos, que se propagaban de boca a oído, fueron acogidos por la sociedad civil y la prensa no islamista con una mezcla de incredulidad, sarcasmo y aprensión porque, se temían, Justicia y Caridad podría echarse a la calle para demostrar la veracidad de las profecías..
Deseosos de presentarse como políticos responsables, los islamistas legales del PJD también expresaron su malestar a través su órgano, At Tajdid. Publicó en portada una carta abierta a los seguidores de Yassin instándoles a dejar de difundir esas visiones que pueden ser "peligrosas para la estabilidad del Estado".
Ante tanto revuelvo, Nadia Yassin, hija del jeque y portavoz oficiosa del movimiento, se vio obligada a puntualizar: "Que las fuerzas de seguridad se tranquilicen, no vaticinamos nada para 2006 que vaya contra nuestros principios de no violencia".
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