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Entrevista:ZOREH SEFATY | Ayatolá iraní

"El islam no hace diferencias entre mujeres y hombres"

Ángeles Espinosa

Zoreh es nombre de mujer. Y Zoreh Sefaty (nacida en Abadán, en 1948) es reconocida como ayatolá o "signo de Dios". Ese rango, uno de los más elevados en el islam chií, no se alcanza con un título o un examen, sino con el reconocimiento de los maestros y los pares. "En Occidente se desconoce que el islam no hace diferencias entre mujeres y hombres", señala la fundadora de la primera escuela femenina de Qom, el centro escolástico chií en Irán.

Pregunta. Una mujer ayatolá es una sorpresa.

Respuesta. Una mujer puede llegar al mismo nivel de conocimiento y de reconocimiento que un hombre. Empecé a estudiar la doctrina [islámica] hace 40 años. Sí, se puede decir que soy una ayatolá, pero ése es un reconocimiento que te otorgan los demás. El título escolástico es mujtahida. La formación como tal es idéntica a la de los hombres. Pasamos los mismos exámenes. Lo importante es lo que se hace y todos mis esfuerzos han estado orientados en esa dirección. Pero también tengo que admitir que los hombres me han ayudado a alcanzar mi objetivo. Cuando propuse abrir una escuela para mujeres en el seminario hubo clérigos que me apoyaron.

"No está prohibido en nuestra religión que una mujer llegue a la presidencia de Irán"

P. ¿Por qué decidió dedicarse a la religión?

R. Abadán, donde nací, era en aquella época una ciudad llena de extranjeros que trabajaban en la industria del petróleo y no se vivía un ambiente muy islámico. Fue esa laguna la que me impulsó a emprender este camino con el objetivo de ayudar a comprender el islam a las mujeres iraníes, primero, y al mundo, después.

P. No todos los ulemas aceptan que una mujer sea guía espiritual. ¿Recibe consultas de hombres o sólo de mujeres? ¿Qué relaciones tiene con otros ayatolás?

R. No hay ninguna norma al respecto. Lo importante es que quien venga traiga deseos de aprender y que quien responda tenga el nivel suficiente para enseñar de forma pedagógica. Hombres y mujeres asisten juntos a la universidad. Hay mujeres en el profesorado. En ocasiones algunos ayatolás hombres me llaman por teléfono para consultarme cuestiones religiosas o me envían a alguna mujer que ha acudido a ellos con una duda. El marja-e taqlid [el guía espiritual] tiene que ser alguien con gran conocimiento. En el islam no hay diferencia entre hombre y mujer. Lo que cuenta es que sea competente.

P. Sin embargo, apenas hay cuatro o cinco mujeres mujtahida. ¿Cuántas han pasado por el seminario? ¿Qué les impide llegar a la cumbre?

R. Es difícil calcular, pero se habrán inscrito unas 10.000 en estos años. ¿Por qué no hay más? Es falta de voluntad de las mujeres, no un impedimento o una ley del islam. Ellas no han querido hacerlo.

P. ¿No será que los hombres se lo ponen difícil?

R. No, no es por causa de los hombres. El problema es que se trata de una vía larga y difícil. Se requiere una dedicación de muchos años. Incluso entre los hombres, apenas dos de 10.000 llegan hasta el final. En Europa también las mujeres tienen problemas; en el mundo entero. Y además, al final, una mujer es una mujer y un hombre es un hombre.

P. ¿Quiere eso decir que exige renunciar a la vida privada? ¿Ha podido usted formar una familia?

R. En absoluto. Una mujer debe tener vida privada. Es parte de su ser como mujer. Lo importante para poder tener una vida de pareja es ponerse de acuerdo con la otra persona. Yo he tenido la suerte de haber conocido a alguien con el mismo concepto vital que el mío. Mi marido también es un ayatolá.

P. ¿Es posible que una mujer alcance la presidencia de la República Islámica?

R. Nuestra elección es el islam y en el islam no está prohibido que una mujer llegue a la presidencia. Ahora bien, ¿cuántas mujeres han alcanzado ese nivel en países europeos? Con todas las responsabilidades que tienen las mujeres, ¿pueden dirigir un país? Nada en el islam ni en nuestra ley constitucional lo impide.

P. Sin embargo, el Consejo de Guardianes ha vetado las candidaturas de mujeres...

R. Se trataba de mujeres que no eran adecuadas. Incluso nosotras nos oponemos a que las registren. Algunas de las que se han presentado ni siquiera serían capaces de dirigir una escuela de pueblo.

P. ¿No deberían decidirlo los votantes?

R. La ley en Irán es muy permisiva respecto a quién puede presentarse como candidato, por eso necesitamos el Consejo de Guardianes como filtro.

P. ¿Qué le parece la decisión del presidente Ahmadineyad de permitir el acceso de las mujeres a los estadios de fútbol?

R. Las mujeres tenemos el mismo derecho que los hombres a ver fútbol. ¿Por qué no se nos ha permitido hasta ahora? Por nuestra seguridad, porque en los estadios siempre hay bastante tensión entre los simpatizantes de uno y otro equipo, siempre hay alguien que encuentra un motivo para la pelea...

La ayatolá Zoreh Sefaty.
La ayatolá Zoreh Sefaty.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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