La represión china, ante la Audiencia Nacional
Las autoridades chinas trasladaron el pasado viernes a la Embajada de España en Pekín su profundo malestar por los dos procesos abiertos en la Audiencia Nacional por los supuestos crímenes del régimen comunista: el genocidio del Tíbet, invadido en 1949 por el Ejército chino, y la represión de Falun Gong, convertido en símbolo de la disidencia tras la aniquilación del movimiento estudiantil en la matanza de Tiananmen. El primer proceso, que ha comenzado a instruir el juez Ismael Moreno, responde a una querella presentada por Thubten Wangehen, director de la Casa del Tíbet en Barcelona; mientras que el segundo es consecuencia de la decisión adoptada el pasado martes por el Tribunal Supremo de admitir el recurso contra la inicial negativa de la Audiencia Nacional a investigar este caso. Los dos procesos se basan en el principio de persecución universal de los delitos de genocidio, que alumbró el juez Baltasar Garzón con el caso Pinochet. El fiscal se ha opuesto a la admisión de esta querella, pero el propio Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha concedido asilo a dos miembros de Falun Gong.
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