Nadal: "No pensaba para nada volver a estar aquí"

Consciente de que el ambiente de la central no le será hoy favorable (15.00, TVE-1), Rafael Nadal afirmó ayer que nada de eso le preocupa excesivamente y que las cosas le han salido mucho mejor de lo que el mismo soñaba en lo que lleva de temporada. "El pasado mes de diciembre no podía ni imaginar lo que ahora estoy viviendo", indicó el mallorquín, de 20 años, pensando en que una fisura de escafoides en el pie izquierdo le alejó del circuito durante tres meses -de finales de octubre a febrero- y le dejó sin poder disputar el Masters en Shanghai y el Open de Australia. "No pensaba para nada del mundo volver a estar en la final de Roland Garros", prosiguió el número dos del ATP Tour.

El español podría ser el primero que repite título al año siguiente de ganar en su debut en el torneo

Pase lo que pase en la final contra el suizo Roger Federer, Nadal saldrá de París con el quinto puesto mundial como mínimo asegurado al final de la temporada, con la garantía de estar en el Masters tras haber sumado ya cuatro títulos (Dubai, Montecarlo, Barcelona y Roma) y haber hecho añicos el récord de 53 victorias sobre tierra batida que detentaba Guillermo Vilas desde 1977. Ahora lleva ya 59 y hoy puede alcanzar las 60. Si lo logra, además, se convertirá en el primer jugador que gana en su debut en el torneo -lo hizo el año pasado- y que consigue revalidar su título un año después.

"Sí", reconoce Nadal, "ya sé que el público estará con Federer y no entiendo por qué. No estuvieron ya conmigo el año pasado, ni en los partidos precedentes y no espero que eso cambie ahora. Será que no les gusta que gane otra vez un español. Pero es lo que hay. En muchos otros países me apoyan a mí". Sin embargo, no es ese tipo de cosas las que pueden perturbar a Nadal. "Yo salgo a lo mío, a pegarle a la bola y no a pensar en eso". El mallorquín incluso asume que haya mucha gente que quiera ver a Federer levantando el trofeo. "Si yo no fuera Nadal, o si no fuera su rival en la final, probablemente también me gustaría que ganara él", afirma buscando la objetividad por encima de cualquier implicación personal.

Sin embargo, sabe perfectamente cuáles son posibilidades de ganar a Federer y piensa que son muchas, por la simple razón de que hasta ahora le ha ganado en las tres finales anteriores del circuito en que se han enfrentado este año: Dubai, Montecarlo y Roma, donde salvó dos bolas de partido. "Si Federer juega al 100%, si está a su mejor nivel es muy difícil ganarle. Deberé llevarle al límite", asegura. "La final será muy complicada, porque nos enfrentamos los dos primeros jugadores del mundo y yo deberé asimilar todas las circunstancias que envuelven al partido para poder ganar".

En este paquete va también el hecho de que Federer ha mejorado sustancialmente su juego en tierra batida y es capaz de jugar con paciencia si las cosas se le complican. "Este planteamiento me parece una tontería", afirma Nadal con contundencia. "Federer siempre ha tenido opciones para ganarme. Ya era muy bueno en tierra batida el año pasado y lo demostró en los tres torneos que jugó: cuartos en Montecarlo, campeón en Hamburgo y perdió en semis contra mí aquí en París. Y este año igual. Si juega muy bien puede ganarme, pero no será porque su juego en tierra haya mejorado, sino porque esté a su mejor nivel".

Obviamente, Federer discrepa. "Es su opinión y está bien. Pero no pienso igual", indica el suizo, que ayer se entrenó más de una hora con un jugador zurdo. "Me he preparado bien, estoy en forma. Veremos qué ocurre. Pero no creo que tenga más presión por ser el número uno. Estoy exactamente donde quería estar: en la final. Me sentía mucho más nervioso en los primeros partidos que ahora. Tengo mi primera ocasión de ganar el título en Roland Garros y estoy impaciente. Creo que los partidos anteriores contra Nadal me han hecho mejorar. Estoy ante el partido más importante de mi carrera [es el único título del Grand Slam que le falta], pero sólo porque antes he ganado muchos otros que me han llevado a esa situación".