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OTRA MIRADA | Alemania 2006
Columna
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Raúl y Ronaldo

El Mundial de Alemania se anuncia negro para Raúl y para Ronaldo. Al menos, en su inicio. El primero, tras ser, desde su debut en el Mundial de Francia de 1998, el símbolo de la selección española, es en estos momentos, en vísperas del partido entre España y Ucrania, el primero de nuestro equipo en Alemania, duda en la alineación de Luis Aragonés. En cuanto a Ronaldo, sólo pisar Koenigstein, donde se alojaba la selección carioca, tuvo que oírse llamarse gordo, una vez más. Durante una vídeoconferencia en la que Lula da Silva se dirigía desde Brasilia a los jugadores brasileños para infundirles ánimos el presidente le preguntó al seleccionador, Carlos Alberto Parreira: "Al final, ele está gordo ou nao". Al parecer, la indignación de Ronaldo, que no pudo responder a la observación de Lula da Silva porque a los futbolistas les estaba prohibido tomar la palabra en la vídeoconferencia, fue incontenible: "Dicen que yo estoy gordo y que él bebe mucho. Así como es mentira que yo estoy gordo, también debe de ser mentira que él bebe mucho". La alusión a la afición del presidente de Brasil a regalarse el ánimo con euforizantes procede de los recientes comentarios del New York Times y de otros medios de comunicación. No seré yo quien condene la tendencia a dar satisfacción a tales necesidades del cuerpo y del espíritu, pero sí las obsesivas voces de descalificar a Ronaldo por gordo. Ignoro si se puede ser un buen presidente de Gobierno dándole al alcohol; pero, en el caso de Ronaldo, sí es evidente que se puede ser un grande, grandísimo futbolista, sin estar hecho una sílfide. Antaño, se decía que el público de las grandes vedettes era cruel: tan pronto las ensalzaba al estrellato como las relegaba al olvido. Hoy en día el panorama ha cambiado. Cualquier famosa, o famoso, de la farándula permanece décadas y décadas en el candelero: el público los acompaña hasta el final de sus días porque, ahora, lo que más interesa de ellos es ver, a poder ser en directo, cómo se van trocando su belleza en casi tétrica calavera hasta ofrecer al mundo su último suspiro. La crueldad ha pasado a ser característica del público deportivo. En las últimas Ligas obtenidas por el Real Madrid, cuenten los puntos obtenidos por el equipo en partidos ganados por uno o dos a cero, siempre con goles de Ronaldo o de Raúl. El resultado es claro: son dos jugadores que han ganado Ligas. Y, en las últimas, las perdidas, calculen el lugar en el que hubiera acabado el Real Madrid sin el solitario gol de Ronaldo. En cuanto al papel de Raúl en la selección española, sería una tontería remontarse al pasado para reclamar ahora su inclusión en el equipo. No es necesario. Si el miércoles logra sacudirse de encima el abucheo nacional que lleva soportando desde hace tiempo y marca un gol, volverá a ser aclamado como un héroe por quienes ahora le denigran.

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