Se justificaron

El mejor lote de la bella corrida de Buenavista se lo llevó Manuel Amador. Sin desaprovecharlo, tampoco circuló aquello como para romper moldes. En el noble primero, compuso aseado y pulcro una faena de muletazos sueltos, sin terminar de llegar al tendido. Fue un proyecto sin definir. El cuarto fue un gran toro. A la calidad del de Buenavista respondió el torero en un gota a gota de muletazos de buen gusto. Los chispazos finales pusieron una nota de vistosa estética.

López Chaves recibió con la muleta a sus dos toros de rodillas. Al segundo, en el mismo centro del ruedo, y al quinto, en los adentros. Siempre animoso y dispuesto, echó de recursos en su primero, toro que no terminaba de pasar, que acabó manso y refugiado en tablas. López Chaves echó mano de la corta distancia en ese terreno. Otro buen toro fue el quinto, aunque algo flojeras. El salmantino lo toreó animoso y decidido, también con algunas prisas. Una faena que creció de menos a más.

El lote menos agradecido se lo llevó Paco Ramos. Estuvo práctico en el protestón y manso tercero. En el sexto se justificó.