Joe Vasconcellos aboga por canciones con compromiso
'Banzai' es el primer disco del músico chileno editado en España
Igual escribe una canción para el Dalai Lama que graba otra contra los abusos de determinadas artes de pesca. El cantante y compositor chileno Joe Vasconcellos, autor de éxitos como Hijo del sol luminoso, mezcla en su música pop, rock, folk, cumbia, reggae y forró. Ha actuado con su banda hace unos días en Madrid y ahora se publica su último disco, Banzai, "un grito solemne, pero también de alegría", afirma.
"El budismo tibetano me ayudó a salir del hoyo cuando tuve estrés con fobias. El día antes de publicarse mi disco más exitoso, que es Vivo, me invitaron a tocar para el Dalai Lama. Tuve la dicha de estar unos segundos con su Santidad y me mandó unas bendiciones. Así que no creo en las brujas, pero haberlas haylas", dice riendo. "La meditación tibetana es muy seductora porque el mantra es musical".
Banzai, su primer disco en España, es el séptimo que ha grabado. Nada que ver con actos suicidas. "El bajista Luizão Maia, que fue prácticamente mi padrino musical, tenía una banda con ese nombre. Para nosotros ¡banzai! era un grito de alegría. Un grito solemne, pero alegre", dice Vasconcellos, que acompañó como percusionista a la cantante María Creuza.
Una de las canciones del disco, Los peces no gritan, denuncia el expolio del mar. Vasconcellos acaba de pasar una semana por el Mediterráneo en el barco de Oceana, organización a favor de la protección de los océanos. "Me permitió entender cómo trabaja esta gente que se embarca en un catamarán en campañas de cuatro meses. Tuvimos la dicha de ver ballenas y de avistar 16 tiburones peregrinos. Y me di cuenta de lo vital que es el mar para la humanidad y de lo mal que lo estamos tratando".
"Desde que nacieron mis hijos cambió completamente mi punto de vista. Hay lugares del cono sur donde el cáncer de piel está a la orden del día. El sol en Santiago de Chile ya no te tuesta, es que te cocina", asegura. También se preocupa por la situación del pueblo mapuche: "Cómo explicarle a la gente que, de repente, llega una papelera y te cerca. Tienen que pedir permiso para entrar y salir de sus casas. Y el nivel de pobreza es terrible". Hace años, en el antiguo mercado de Temuco, una mujer le regaló un kultrun, el tambor sagrado de los mapuches. "Jamás se me ha desafinado", dice.
Nacido en Santiago de Chile, hijo de diplomático, Vasconcellos vivió unos años en Ecuador y hasta los 20 en Italia. En 1979 regresó a su país. Y el fan de Gentle Giant entró en el grupo Congreso, "que hacía música de influencia clásica, folclórica, jazzística". "No tenía mucha conciencia de la dictadura. Hasta que empiezan a preguntarte 'oiga, ¿por qué esta letra?' unos caballeros con gafas oscuras y bigote. Los de Congreso fueron años de resistencia cultural".
Babelia
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