La doctora Noelia de Mingo será internada durante 25 años en un psiquiátrico penal
La sentencia ordena que la Fundación Jiménez Díaz indemnice a las víctimas con 1,4 millones
Noelia de Mingo, la doctora que mató a cuchilladas a tres personas e hirió de gravedad a otras cuatro en la clínica de la Concepción el 3 de abril de 2003, será internada en un centro psiquiátrico penal durante un máximo de 25 años. Así lo decidió ayer la sección 16ª de la Audiencia Provincial de Madrid, que la exculpó de todos los cargos al aplicarle la eximente completa de enajenación mental. El tribunal entiende que la doctora, de 34 años, es un peligro para la sociedad, por lo que debe someterse a un tratamiento específico. El fallo también recoge que la Fundación Jiménez Díaz, responsable de la clínica, debe hacer frente a indemnizaciones que suman en total más de 1,4 millones de euros. La sentencia es recurrible.
La sentencia de la Audiencia Provincial, cuya ponente ha sido la magistrada Carmen Lamela Díaz, considera probado que Noelia de Mingo, médico residente de tercer año, se encontraba sobre las 14.20 del 3 de abril de 2003 en el control de enfermería de la unidad 33 de la tercera planta de la Fundación Jiménez Díaz, en Reumatología. Sacó un cuchillo de cocina muy afilado de unos 15 centímetros de hoja que llevaba oculto en el bolsillo derecho de la bata. Y con él atacó por la espalda e hirió de gravedad a tres compañeros de trabajo: Carmen Fernández Carretero, Belén Alonso Santos y María Alcalde Villar.
"Les atacó por la espalda de forma sorpresiva, inesperada y súbita, impidiendo con ello la posibilidad de huida y defensa"
Dentro del control de enfermería también hirió mortalmente a la médica Leilah el Ouaamari, de 27 años, sin que la víctima se pudiera "defender ni responder a la inesperada agresión". Tras perpetrar estas agresiones y lesionar a la supervisora María del Pilar Pérez Moreda, salió del cubículo por el pasillo e hirió a Félix Valles Arroyo, esposo de una paciente. En su camino se encontró con otra paciente, Jacinta Gómez Llave, que estaba hablando por teléfono con su hijo. También la atacó por la espalda clavándole el cuchillo hasta nueve veces. "Le ocasionó la muerte inmediata al afectarle las lesiones el pericardio, hígado, colon y pulmón", reza el fallo.
Acto seguido, De Mingo se fue hacia la unidad 43 de la clínica e hirió de gravedad a la auxiliar de enfermería Carmen Martín López. Instantes después, volvió sobre sus pasos y lesionó a Cristina Torres Chaira y Carmen Lorenzo Alfonseca. A la altura del control de enfermería, se volvió a cruzar con Félix Valles, que ya estaba malherido. "Nuevamente le atacó propinándole, con ánimo de acabar con su vida, multitud de puñaladas en órganos vitales, tales como el hipocondrio derecho y el epigastrio", según la Audiencia. Vallés murió el 9 de abril de 2003.
Finalmente, De Mingo se dirigió a la zona de quirófanos de la planta, donde fue reducida por el auxiliar Juan Vicente de Nova, los celadores Francisco Crespo y José Raúl Tovar y el doctor Artiz. Las escenas vividas por las víctimas debieron de ser "terroríficas", dice el fallo judicial. El tribunal concluye que la acusada tenía la intención de matar, tras analizar "la ejecución de actos idóneos para causar la muerte, siendo idóneo el medio empleado, así como las zonas vitales del cuerpo de las víctimas". También cree que concurre la agravante de alevosía, ya que De Mingo "empleó medios, modos y formas tendentes directa y especialmente a asegurar su propósito de dar muerte a sus víctimas", sin que estas pudieran defenderse.
Por la espalda
La doctora compró un cuchillo de 15 centímetros de hoja y aprovechó que sus compañeros del control de enfermería estaban sentados "de espaldas y totalmente desprevenidos": "Les atacó por la espalda de forma sorpresiva, inesperada y súbita, impidiendo con ello la posibilidad de huida y defensa".
La sección 16ª de la Audiencia Provincial entiende que la esquizofrenia paranoide con delirios de persecución y alucinaciones que sufre De Mingo supone la pérdida de la identidad y que no es consciente de sus actos. Además, no tiene conciencia de enfermedad. Tiene delirios y alucinaciones que vive de forma real: "Todos los médicos, pacientes y enfermeros eran actores que simulaban y la estaban perjudicando y también estaban perjudicando a su familia", resume la sentencia.
La resolución de la Audiencia Provincial recoge una sentencia del Tribunal Supremo de 2000, según la cual el esquizofrénico ha de ser considerado "como un auténtico enajenado, totalmente inimputable, por sufrir una enfermedad que se halla en el propio organismo del individuo, sin influencias externas, es decir, sufre lo que se denomina una psicosis endógena". "El día de los hechos, la doctora De Mingo tenía totalmente anuladas sus capacidades volitivas e intelectivas, estando su conducta condicionada totalmente por su patología", concluye el fallo, redactado en 74 folios.
Los jueces recogen algunos signos declarados por los testigos que refuerzan la tesis de enajenación mental. Los afectados señalaron que la doctora "tenía una fuerza brutal", "su mirada daba miedo y era desafiante" y "las puñaladas eran frías y certeras". Además, cuando la redujeron, "pegaba alaridos y gritos, y se orinó".
Por todo lo anterior, la sala entiende que "es procedente apreciar la eximente completa de enajenación mental comentada y proceder al dictado de sentencia absolutoria con la medida de seguridad que se dirá". Ésta consiste en el internamiento en un centro psiquiátrico penal durante un máximo de 25 años, dada "la indudable peligrosidad criminal de la acusada y la necesidad de imponerle las oportunas medidas de seguridad".
En ese tiempo, Noelia de Mingo no podrá abandonar el centro sin autorización del tribunal, que recibirá un informe anual de la evolución de la paciente.
Satisfacción entre las víctimas
Las víctimas del caso De Mingo no piensan, en principio, recurrir la sentencia en casación ante el Tribunal Supremo, ya que están "muy satisfechas" con el fallo. Así lo expresó ayer, nada más conocer el fallo de la Audiencia, el abogado de la Asociación El Defensor del Paciente (Adepa), Carlos Sardinero.
"La sentencia está muy fundamentada y no creo que sea conveniente recurrirla. El fallo habla de la peligrosidad que tiene Noelia de Mingo y dice que debe ser internada en un centro psiquiátrico penal. Nuestros clientes están contentos", comentó Sardinero. Éste hizo especial hincapié en que la Fundación Jiménez Díaz fuera condenada como responsable civil subsidiaria: "Lo peor es que lo podía haber previsto y lo habría evitado. La sentencia es tan dura como lo fuimos nosotros en el informe final de conclusiones definitivas. Muchos familiares quieren pasar página y olvidar de una vez este caso", añadió el letrado.
La presidenta de Adepa, Carmen Flores, comentó que su asociación estudiará si inicia acciones penales contra la Fundación Jiménez Díaz, ya que, en su opinión, la fundación incurrió en una grave irresponsabilidad al no poner los medios para evitar el ataque de la doctora De Mingo. Flores recordó que la sentencia cita con nombres y apellidos a los responsables del hospital "que pudieron y debieron hacer algo y no lo hicieron".
La satisfacción de las víctimas era total, porque el tribunal aumentó al máximo posible legal la cuantía de las indemnizaciones. Aumentan hasta un 20% como consecuencia de haber sufrido un hecho traumático y violento. El parámetro utilizado ha sido el anexo de la Ley de Responsabilidad Civil y Seguro en Circulación de Vehículos a Motor, para víctimas de accidentes de tráfico.
La máxima indemnización (468.963 euros) ha correspondido a la auxiliar de enfermería Carmen Martín López, que recibió varias puñaladas en el tórax y en el abdomen. Necesitó intervención quirúrgica inmediata para evitar su fallecimiento. Estuvo 54 días hospitalizada y tardó en curar 547 días. Ahora sufre estrés postraumático crónico y trastorno depresivo muy grave, entre otras enfermedades. Toma 10 pastillas al día y no puede valerse por sí misma. Le cuidan su marido, sus hijas y sus hermanos. La mano izquierda no puede casi utilizarla. "Ahora es muy torpe, se olvida de todo y depende de todo el mundo", recoge la sentencia.
El abogado y primo de la doctora, Juan Carlos de Mingo, también se mostró "satisfecho" con la sentencia a la salida del tribunal y no precisó si recurriría el fallo.
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