El traslado de grandes ejemplares requiere dos años de preparación y 30.000 euros por unidad

El trasplante de un ejemplar arbóreo de entre 6 y 12 metros de altura, en condiciones idóneas para su salvaguarda, suele implicar dos años de tareas preparatorias, según Luciano Labajos, experto en arboricultura, jardinero en los viveros municipales y portavoz de Ecologistas en Acción. "La perdurabilidad del árbol trasplantado aquí no es segura, dadas la composición de los suelos madrileños -muy yesíferos y arenosos- y la irrepetible singularidad ecológica e hídrica de cada enclave y suelo", añade Labajos. "El coste de este tipo de operación y su mantenimiento puede superar los 30.000 euros por cada gran ejemplar", agrega.

"El desenraizamiento y replante de los árboles de alineación urbana en un paraje distinto del primigenio en el que fueran plantados debería regirse en Madrid por la llamada Norma Técnica para el Trasplante de Grandes Ejemplares", destaca Labajos, "codificada por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Cataluña, que establece que los árboles monumentales no serán susceptibles de ser trasplantados, en ningún caso". El trasplante de un árbol ejemplar será "la última opción a contemplar y, en caso de alto riesgo, la norma recomienda desestimar la operación", remarca.

Zanjas de tamaño doble

El Ayuntamiento madrileño, por su parte, acostumbra exigir a los adjudicatarios de sus contratas el cumplimiento de un pliego de condiciones que contempla el zanjado, con dos años de antelación, de hoyos de plantación en sentido horizontal con el doble del diámetro de las raíces del ejemplar trasplantable y 1,5 veces su profundidad en sentido vertical. Los alcorques serán irrigados durante todo ese tiempo.

En la fase de información previa que la Norma Técnica establece se exige identificar el ejemplar del que se trate, así como describir las características más importantes de la especie. Es preciso detallar en un proyecto específico la localización de los ejemplares a trasplantar, la de su ubicación definitiva y la del recorrido que seguirán durante el traslado: señalizado de las líneas eléctricas y telefónicas aéreas, puentes, túneles, pasos ferroviarios y cualquier otro obstáculo.

Será exigido un plano de redes de infraestructuras de la zona de extracción y otro de la obra civil que afecte a los ejemplares a mudar. Viene luego el dictamen fitosanitario del árbol, con una evaluación de su vitalidad y expectativas futuras. Igualmente, deberá informarse sobre la comunidad ecológica a la cual pertenece el ejemplar y la época idónea para su trasplante.

El informe previo determinará además la composición y textura del suelo, la estratigrafía de las zonas de extracción y de emplazamiento definitivo, así como la conservación del suelo superficial, la detección de costras salinas o calcáreas, pedegrosidad y vulnerabilidad ante la erosión.

Habrá de precisarse también el nivel freático, que mide el de las aguas subterráneas, y la forma y distribución de las raíces en el suelo. En Madrid suelen ser pivotantes -su extracción de cuajo es imposible- mientras que en latitudes norteñas son fasciculadas. La dirección de los vientos, la altura, latitud y orientación del árbol, siempre a mantener, son factores decisivos.