"La presión se suprime con gimnasia mental"
La psicología del rendimiento es la especialidad del profesor Leonard Zaichkowsky (Alberta, Canadá; 1944) y la de su discípulo Anselmo Vicioso (Madrid, 1952). Ambos trabajan en la Universidad de Boston y son las últimas incorporaciones del cuerpo de colaboradores que acompañarán a Luis Aragonés y a la selección española al Mundial. El sábado pasado, Zaichkowsky viajó desde Estados Unidos hasta Elche para reunirse con el equipo por segunda vez en el último mes. Después de 20 horas de viaje, a este enemigo declarado de los entrenadores autoritarios no le importó ponerse a hablar con este periódico acerca de su oficio con el entusiasmo propio de los que piensan "en positivo", ejercitan "el optimismo" como si fuera un músculo y predican con el propio ejemplo.
"Ser el mejor del mundo es estar al mismo nivel que los cuatro mejores. La fe conduce al éxito y el éxito a la fe" "Pensaremos anticipadamente en los escenarios que encontraremos y recrearemos situaciones de competición"
"La historia no significa nada en términos científicos. Creer que nos condiciona es una superstición" "Muchos jugadores reciben estímulos contradictorios y se traumatizan. La perspectiva desde la banda es distinta"
"El fútbol americano es cada vez más aburrido. Todo está previsto. Nadie hace nada sin la autorización del técnico"
"El arma del brasileño es la alegría. Si el cielo se te cae encima por un error es que te has autoimpuesto ese castigo"
Pregunta. ¿Cuál es su experiencia hasta ahora en el mundo del deporte?
Respuesta. Fui jugador de hóckey sobre hielo. He sido entrenador de hóckey sobre hielo y de baloncesto a nivel universitario. La psicología me ha permitido dedicarme a un trabajo que abarca dos áreas que me gustan: la psicología y el deporte. Como psicólogo del rendimiento, he asistido al Comité Olímpico de Estados Unidos, a los Celtics de Boston, de la NBA, y a los Calgary Flames, de la NHL.
P. ¿Había trabajado con futbolistas?
R. Sólo a nivel universitario en Estados Unidos. Debo decir que la Liga universitaria norteamericana tiene un nivel decente. Muchos de sus jugadores han alcanzado la selección absoluta.
P. ¿En qué se parece el hóckey sobre hielo al fútbol?
R. Son deportes muy parecidos porque no hay interrupciones como en el baloncesto o en el fútbol americano. Los partidos fluyen continuamente, sin tiempos muertos ni micrófonos. Esto significa que los jugadores deben actuar según su criterio y su inspiración porque el entrenador no puede darles órdenes a cada minuto. Esto es bueno porque los jugadores son más libres. Pero esta libertad tiene un efecto mental. Tanto el jugador de hóckey como el de fútbol actúan en equipo, pero deben tomar decisiones de forma individual y este aislamiento del entrenador implica que deben controlarse emocionalmente a sí mismos. No hay nadie que les diga lo que tienen que hacer a cada momento. Cuanto más serenos se encuentren para actuar, mejor juegan.
P. Usted dijo que el fútbol americano es un deporte duro y macho y que para sentirse seguros sus entrenadores recurren al autoritarismo. ¿Cree que los técnicos del fútbol también son autoritarios?
R. No, porque sólo tienen diez minutos entre dos tiempos de 45 para impartir órdenes durante un partido. En el fútbol americano los partidos son cada vez más aburridos porque los jugadores ya no toman ninguna decisión. No piensan por sí mismos. Están completamente dirigidos por su entrenador, que los guía en los tiempos muertos y por micrófono. Cada jugada está prevista. Nadie hace nada sin la autorización del técnico. Esta situación es consecuencia de la facilidad con que los clubes responsabilizan de todo al técnico. Los hombres dicen: "Si me van a echar, que me echen por tomar todas las decisiones y no por culpa de lo que decidan los jugadores".
P. ¿Pasa igual en la NBA?
R. Sí, porque las canchas de baloncesto son pequeñas y los entrenadores corren por la banda dando órdenes. Muchos jugadores reciben estímulos contradictorios y se traumatizan. Por un lado, su cerebro les manda una cosa. Por otro, el entrenador les está pidiendo otra. Los entrenadores cometen un error porque no se dan cuenta de que la perspectiva desde la banda es completamente distinta y a un jugador no le sirve de nada más que para crear confusión. Esto en el hóckey sobre hielo no pasa porque los jugadores se mueven muy rápido y, además, llevan casco y no escuchan nada.
P. La participación de la selección española en los Mundiales es una historia de frustraciones. ¿Cree que sus jugadores padecen un complejo de inferioridad?
R. Yo vengo a decirles que de la historia podemos aprender. Pero este equipo y la historia no tienen nada que ver. Éste es un equipo diferente y su historia no se ha escrito. Cada año la selección es diferente. La historia, para la mente, no significa nada en términos científicos. Creer que la historia nos condiciona mentalmente es una superstición.
P. ¿Qué impresión tiene de los jugadores de Luis Aragonés?
R. Estoy conociéndoles y no podría hablar en profundidad de cada uno de ellos. La primera valoración que puedo hacer de aquéllos con los que he hablado es que se les ve muy orgullosos de representar a su país.
P. ¿No teme que lo rechacen como a un cuerpo extraño?
R. No; son gente estupenda. Me han dado una bienvenida muy calurosa. Les noto receptivos y me alegra porque los deportistas, cuando no tienen carácter, albergan prejuicios hacia la labor del psicólogo. Tradicionalmente, la reacción es la de: "¡Aléjate de mí!". Afortunadamente, no es el caso de España, en el que todos son gente muy abierta, con mucha personalidad. Supongo que Luis ha influido en esto preparándolos para que acepten mi presencia con naturalidad.
P. ¿Cómo se repartirá las funciones con Luis Aragonés?
R. Luis es un tipo maravilloso. Está muy abierto. Yo le he dado mi opinión sobre lo que hay que hacer y él decide. Hablo con él todos los días desde Boston.
P. ¿Qué tipo de trabajo hará con los jugadores?
R. Es muy simple y básico. Tienen que creer en sí mismos. Si están donde están es porque son los mejores del mundo. Yo no los puedo engañar en este sentido. Ser el mejor del mundo es estar al mismo nivel que los cuatro mejores equipos del Mundial. Ellos lo consideran así. Y si estás en esa posición significa que puedes ganar. Es cuestión de creer. La fe conduce al éxito y el éxito a la fe.
P. ¿Impartirá charlas colectivas o individuales?
R. Nos reuniremos con todo el grupo y luego haremos charlas individuales para brindar a cada jugador los elementos necesarios, las fórmulas, para poder gestionar la presión con éxito. Lamentablemente, mi español no es bueno y necesitaré un traductor. Para esto cuento con mi discípulo, Anselmo Vicioso, que, además de ser madrileño y hablar perfectamente la lengua, es un buen conocedor del fútbol.
P. ¿Qué fórmulas piensa enseñarles?
R. Pensaremos anticipadamente en los escenarios que encontraremos y recrearemos situaciones de competición. Resolveremos esas situaciones mentalmente, pensando en qué decisiones se deben tomar y cómo para ser lo más precisos posibles. De ese modo, cuando lleguen los partidos, la mente estará preparada porque previamente habremos ensayado una serie de respuestas.
P. Luis Aragonés está preocupado porque considera que el jugador español no sabe competir en los grandes torneos. ¿Piensa lo mismo?
R. En un Mundial todos juegan bajo presión. Pero esto no es nada nuevo. Todos los jugadores españoles han convivido con la presión desde pequeños. El que gane la Copa del Mundo será el que mejor se enfrente a esas exigencias. Brasil es un ejemplo perfecto. No hay ningún equipo que conviva mejor con la presión que ellos. El arma del jugador brasileño es la alegría con la que juega al fútbol. La presión es algo subjetivo. Es una percepción. Algo que te impones a tí mismo y que sólo existe dentro de tí. Si el cielo se te cae encima cuando cometes un error es porque tú te has impuesto este castigo.
P. Entonces, ¿ la técnica es sencillamente ignorar la presión?
R. Suprimir la presión es un ejercicio, una gimnasia mental. El cerebro funciona como un músculo y, cuando lo entrenas, responde de acuerdo a los patrones que has ejercitado.
P. Por eso Luis Aragonés habla todo el tiempo de "pensar en positivo". ¿Es una consigna suya?
R. Practicamos la psicología positiva, que se basa en el optimismo y la concentración. La competición por sí misma no genera presión. A los jugadores hay que enseñarles que eliminar la presión es tan sencillo como pensar que no existe más que dentro de ellos mismos. Todo depende de tí mismo y la presión desaparece si tú sabes ignorarla. Todos estos futbolistas lo saben porque han disfrutado del fútbol cuando eran niños. Para un niño la competencia es divertida. Los niños se divierten porque creen en sí mismos. Si estás divirtiéndote, ¿cómo vas a autopresionarte?
P. ¿Qué es más difícil de sobrellevar para un jugador? ¿Una final de la NBA, una Super Bowl, o una Copa del Mundo?
P. El Mundial es una Liga en sí misma y ni la NBA ni la NFL ofrecen algo parecido en términos de exigencia y estrés psicológico. Los estadounidenses no se dan cuenta de la pasión y los sentimientos que hay detrás del fútbol y de cómo repercute en los jugadores. El mundo está pendiente de lo que ocurrirá en Alemania, pero la mayoría de los estadounidenses ni siquiera saben que su país participará con su selección en la competición futbolística.
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