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Reportaje:MÚSICA

La isla de Joan Valent

Desde su refugio de Abraida, en el centro de la isla de Mallorca, y en cuyo huerto recoge judías, espinacas, cebollas, perejil, rábanos y lombarda, Joan Valent habla de su música y su vino. "Se va a llamar Perseverancia y se embotellará por primera vez en septiembre", anuncia. "En la parte interior de Mallorca ha habido una especulación brutal. La proyección de este pueblo de 1.500 habitantes es 10.000 en los próximos años. Y eso de que todas las personas se conocen se nos está yendo al carajo".

"El disco tiene que ver con ese proceso", dice. "Siento como si me estuvieran amputando mi referencia de lo que había sido Mallorca hasta ahora. Lo idílico de pensar que había un lugar en el mundo al que pertenecías porque en un pueblo tan pequeño eres patrimonio de todo el mundo sin ser nada y sin ser nadie".

Joan Valent (piano), Ara Malikian (violín), Suso Saiz y Marc Blanes (electrónica y mezclas) grabaron el disco en marzo de 2005 en el claustro de la iglesia del convento de Santo Domingo de Pollença. Lo prepararon en un edificio que ya fue convento, cuartel e internado, y ahora hotel singular. "Nos metimos allí diez días los cuatro y por la noche íbamos a esa iglesia del siglo XIV. La relación entre nosotros y con el entorno fue muy especial. Hay poco trabajo de edición en el disco, la mayoría son tomas directas, y eso nos enorgullece porque no es muy habitual", recalca.

"Ya había establecido con cada uno un vínculo tanto musical como personal muy fuerte", explica. "Les propuse hacer de unas piezas que, por su aspecto dramático y su discurso, yo identificaba con la soledad y la isla, un patrimonio común. Buscando pureza y calidad de sonido", dice. "Hoy día inventar es algo que está fuera del alcance de la mayoría de los mortales, y desde luego del mío. Cuando me planteo una partitura, mi mundo es referencial. Y una referencia era el disco que grabó Ryuichi Sakamoto con chelo y violín en 1999. Otras referencias son el sonido del Kronos Quartet, el sentido musical de Osvaldo Golijov o la propuesta de piano desarrollado electrónicamente de Craig Armstrong. Me parece muy lícito tener varios puntos de alimentación para llegar a algo que te satisfaga".

Valent (Palma de Mallorca,

1964) estudió en Barcelona con Guinovart, Guinjoan y Padrós, y siguió cursos sobre bandas sonoras y dirección de orquesta en la Universidad de Los Ángeles (UCLA). "Cuando escribo música para cine la hago para una imagen concreta. No soy plenamente consciente de que la música de este disco genere imágenes. Está hecha para el imaginario propio de quien la escucha", cuenta. "Dejarte atrapar por la música y que te genere un estado especial es una gran virtud del ser humano. Creo que el valor del silencio y el valor de tener voluntad de romperlo con algo que tú elijas. Por todas partes te bombardean con música. Es una imposición brutal que desvirtúa su sentido, su finalidad. Mira la percepción que los jóvenes tienen de lo que es un CD o lo poco conscientes que son de lo delicado de bajarse la música aleatoriamente de Internet gratis".

"La mayoría de las piezas están escritas en hoteles. En momentos de tránsito entre grabaciones o conciertos. Vas con tu portátil y un pequeño teclado y montas en la mesa de la habitación un pequeño estudio para escribir la partitura", dice. "Lo ideal sería poder estar en mi casa y escribir sinfonías. Pero a veces la sinfonía la tienes que hacer en un hotel de Barcelona mientras estás grabando la voz de Montserrat Caballé o en Hamburgo durante la producción de algún grupo de cámara. Lo más difícil es tener la idea en la cabeza".

El mallorquín -que estrenó en 1987 su primera obra Mort a la paraula para piano, violín, clarinete y mezzosoprano- ha trabajado con Aute, Luz Casal, Bunbury o Maria de Mar Bonet. "La diversidad forma parte del oficio y también de la diversión", asegura. "A mí no se me caen los anillos por pasar de dos meses preparando una misa con orquesta y coros a producir un disco de Clara Montes. Soy de hidalguía rural", dice riendo.

Hace diez años formó Ars

Ensemble, grupo de cámara con sexteto de cuerda, voz, percusión y piano, con el que grabó Ars (2000) y Ensems (2002). Ahora prepara una ópera en catalán y árabe sobre Ramón Llull. "Localizada en lugares de Túnez donde él estuvo. Me han invitado a ir para aprender a usar el acento árabe en la escritura occidental. A los cantantes líricos que representarán a los diferentes personajes árabes los voy a buscar en los conservatorios de Túnez y El Cairo", dice. "Me sorprende que la mayor bibliografía sobre Llull sea alemana. Para alemanes, norteamericanos e ingleses fue un genio con ascendencia sobre la filosofía, la ética y la lógica hasta nuestros días. Y en España es un ser olvidado".

El compositor mallorquín Joan Valent.
El compositor mallorquín Joan Valent.UNAI P. AZALDEGUI

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