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La presidenta del observatorio de la violencia de género encuentra en la cultura las causas de los malos tratos

La lucha por la igualdad ha centrado la vida de muchas mujeres españolas en los últimos años. Pero aunque se haya avanzado, siguen pesando en la sociedad ciertos estereotipos que se han convertido en cómplices de la violencia de género. "La superioridad del hombre sobre la mujer es una de esas creencias que de algún modo se mantienen" afirmó ayer en Granada Monserrat Comas, presidenta del Observatorio Estatal de Violencia de Género y vocal del Consejo General del Poder Judicial.

Para Comas, que participó en una mesa redonda sobre la mujer en España en el siglo XXI, las causas de la violencia de género "se encuentran en nuestra historia y en nuestra cultura". Pese a que la violencia parece no descender y a que 2006 parece estar siendo un año "especialmente negro", Comas mostró su apoyo a la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que en la actualidad está siendo estudiada por el Tribunal Constitucional tras haber sido denunciada por diferentes grupos políticos. "Hay quienes opinan que es inconstitucional alegando que deja desprotegidos a los menores, los ancianos y los hombres, pero esto no es cierto, en ningún caso se trata de una ley sexista".

En opinión de Comas, quienes sostienen ese argumento no han leído la ley o no la han comprendido, ya que "en ningún caso pretende proteger a todas las mujeres contra todos los ataques de todos los hombres, sino que sólo protege en el ámbito de la pareja porque es en esta relación sentimental en el que existe una mayor vulnerabilidad de las mujeres".

María Escudero, diputada socialista por Granada, argumentó que "el origen de la violencia está en las desigualdades, por lo que se hace necesario trabajar en un proyecto de transformación social que implique a todos los ámbitos de la vida". Escudero recordó que "hace más de 300 años que las mujeres comenzaron a luchar por sus derechos" para después añadir que "las transformaciones no se hacen sólo mediante las leyes pero el Estado tiene que plantearse muy en serio el tema de la desigualdad".

En el mismo sentido se manifestó la diputada socialista por Málaga Ana Fuentes, aunque quiso ampliar el ámbito de defensa de los derechos de la mujer. "Pensamos como europeos, como españoles y como andaluces, pero la sociedad globalizada en la que vivimos nos obliga a atender la situación que viven las mujeres en otros puntos del mundo, especialmente en África". Si bien destacó las buenas intenciones con las que trabajan muchas personas para lograr la igualdad, recordó que "es necesario pasar de la política de los derechos a la de los hechos".

La senadora y presidenta de la comisión de Educación y Ciencia de la cámara, Antonia Aránega, alabó el papel de la mujer en la investigación, pese a que no dispone muchas veces del mismo apoyo que grupos de científicos compuestos exclusivamente por hombres. Por su parte, María Dolores Villuendas, profesora de psicología de la educación de la Universidad de Granada, animó a las mujeres a ir "mas allá de la igualdad" a la vez que criticó diferentes aspectos sociales que considera discriminatorios, como es el caso de la lengua. "Nosotros no soy yo, yo soy nosotras", sentenció.

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