Catorce afganos mueren en una violenta revuelta contra EE UU en Kabul

Las fuerzas de seguridad afganas y estadounidenses, según diferentes fuentes, mataron ayer a 14 personas en Kabul al abrir fuego contra los manifestantes durante las violentas protestas que estallaron en la capital después de que un camión militar de EE UU tuviese un accidente de tráfico que provocó cinco víctimas mortales. Al menos 100 personas resultaron heridas durante los enfrentamientos, que parecían haberse calmado anoche, durante los que se produjeron numerosos destrozos y saqueos. Se trata de la peor protesta en Kabul desde la caída de los talibanes, en noviembre de 2001.

Las autoridades afganas decretaron anoche el toque de queda para trata de evitar que se reproduzcan hoy los disturbios que, según otras fuentes, han causado al menos 14 muertos. Varias comisarías de policía, algunos edificios oficiales, de ONG, comercios y viviendas resultaron arrasados durante las protestas, que dejaron numerosos vehículos incendiados en las calles.

Después del accidente, una multitud se abalanzó sobre los vehículos que formaban parte del convoy, lanzado piedras y rompiendo ventanas. Según un comunicado militar de EE UU, en ese momento las tropas estadounidenses dispararon al aire. Militares afganos también abrieron fuego durante el mismo incidente.

Anoche, no estaba claro quién era responsable de la muerte de los manifestantes. Algunos testigos indicaron que fueron las tropas de Estados Unidos las que dispararon contra la multitud, otros que fueron los soldados afganos. Algunos, que los dos. Las autoridades de Afganistán no facilitaron ninguna cifra de víctimas.

Un portavoz militar de EE UU, el teniente coronel Paul Fitzpatrick, aseguró que ningún soldado resultó herido en el accidente, que tuvo lugar en el norte de Kabul. Al principio de la tarde, unos 2.000 manifestantes, algunos armados con cuchillos y palos, se congregaron en el centro de la capital afgana, unos ante el Parlamento y otros ante el palacio presidencial. Mientras, al grito de "¡Muerte a América!", decenas de personas trataron de abrirse paso hacia la fortificada Embajada de EE UU, que fue evacuada, y quemaron banderas estadounidenses.

Los manifestantes lanzaron piedras contra varios vehículos cuando entraban en la zona fortificada. Las dos marchas fueron dispersadas con disparos al aire por soldados y policías afganos. También se escucharon tiroteos en otros lugares del barrio de Wazir Akbar Khan, donde se concentran las embajadas extranjeras. Más al sur, en una zona donde está situado el Ministerio de Educación y el hotel Serena, uno de los más lujosos de la ciudad, también se produjeron enfrentamientos. Algunas fuentes indicaron que el hotel resultó parcialmente destruido durante los disturbios.

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, advirtió de que tomará "medidas contundentes" contra los responsables de los disturbios. En una intervención televisada, Karzai calificó anoche a los causantes de los disturbios de "enemigos de Afganistán" y los acusó de sembrar el caos y la destrucción.