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Un libro recoge la historia de las colonias infantiles

Fue en 1893 cuando se organizaron en Cataluña las primeras colonias infantiles de verano. Las impulsó la Sociedad Económica Barcelonesa Amigos del País. Era una iniciativa de "la burguesía catalana más inquieta, que decidió crear colonias para hijos de obreros necesitados", expone Enric Puig, autor de una obra editada en tres tomos por la Editorial Mediterránea que repasa la historia de esta iniciativa.

Estas actividades nacieron impregnadas del espíritu de los movimientos higienistas, una corriente que en su vertiente pedagógica tenía como objetivo "fomentar el contacto con la naturaleza de niños enfermos o los que vivían en los barrios más deprimidos de las grandes ciudades", expone Puig, que es secretario de la Fundación Escuela Critiana. Las colonias cumplían perfectamente con los ideales higienistas. Los niños y niñas se alojaban en "casas de payés, fondas o castillos que cedían los nobles", y algunas de de las actividades que realizaban eran "excursiones, bañarse en el río o en el mar, conocer el medio natural, o velar por una correcta alimentación durante unos días".

El fenómeno de las colonias fue expandiéndose con el paso de los años, y se consolidó con fuerza durante los años de la Segunda República. Incluso se crearon las semicolonias, en las cuales "los alumnos durante 15 días hacían actividades en el campo o en la playa, aunque por la noche regresaban a dormir a sus casas".

Tras la Guerra Civil, el régimen franquista prohibió las colonias, y únicamente quedaron autorizadas las actividades juveniles vinculadas a la Iglesia y al régimen. Bajo el paraguas de las escuelas católicas y de los vicarios más jóvenes, se volvieron a recuperarse las colonias. Durante la década de 1960, el movimiento sufrió una nueva explosión, bajo los esplais y movimientos escoltas, tanto cristianos como laicos.

El libro narra cómo el movimiento sufrió una nueva explosión en la década de 1960 y ya en la democracia aparecieron las llamadas colonias especializadas en idiomas o musicales. Entonces se incorporan como tales en los proyectos pedagógicos de las escuelas.

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