Residuos viajeros

A las 23.36 del pasado 30 de abril, el reactor nuclear de la central José Cabrera de Almonacid de Zorita dejó de funcionar. Terminó así la vida útil de unas instalaciones inauguradas en 1968. La planta, propiedad de Unión Fenosa, comenzará ahora un proceso de desmantelamiento.

La empresa energética ya ha anunciado que reutilizará parte de las instalaciones de Zorita para poner en marcha una central eléctrica de ciclo combinado. Sin embargo, habrá toneladas de residuos y de maquinaria que no se podrán reciclar ya que estarán contaminados. Parte de estos residuos irán a parar a la planta de El Cabril, en el municipio cordobés de Hornachuelos.

El proceso de desmantelamiento costará unos 170 millones de euros y se prolongará hasta el año 2015. En una primera fase, entre los años 2006 y 2009, Unión Fenosa se encargará de extraer las 292 barras de uranio que se han utilizado durante décadas en la central. Este combustible mantiene la radiación durante miles de años.

La eléctrica se hará cargo de estos residuos de alta intensidad. Está previsto que construya un almacenamiento próximo a la central. Costará unos 36 millones de euros y allí permanecerán las barras de uranio hasta que se levante en España un Almacén Temporal Centralizado, en el que se podrán almacenar los residuos de alta intensidad que hasta este momento guardan las propias centrales en sus instalaciones.

En 2009, cuando haya transcurrido el tiempo necesario para que el reactor de Zorita se haya enfriado suficientemente, está previsto que se haga cargo de la central Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos). José Ramón Armada será el encargado del desmantelamiento a partir de ese momento.

Armada explica que, de todo el proceso, saldrán dos tipos de desechos radiactivos. Los de alta intensidad y los de baja y media. Hasta la planta de El Cabril llegarán sólo los residuos de baja, media y muy baja actividad. "En total se almacenarán 3.600 toneladas, 720 de media y baja actividad y 2.800 de muy baja actividad", afirma Armada. La dirección de El Cabril explica que no será necesario construir instalaciones nuevas, salvo algún tipo de almacén específico para los desechos de muy baja intensidad. "Estos residuos son muy próximos a los que produce la naturaleza normalmente", sostiene Armada.

El proceso de limpieza y desmantelamiento de Zorita durará seis años, desde 2009 hasta la primavera de 2015. Lo primero que harán los técnicos de Enresa, según Armada, será detectar en toda la instalación los "puntos contaminados". Una vez localizados, los trabajadores limpiaran esas zonas. Luego se demolerá la central.

Armada fue también el responsable del desmantelamiento de la central de Vandellòs I (Tarragona), el único precedente conocido en España. Asegura que el proceso es totalmente seguro y que se toman constantes medidas para que no se mezclen los materiales contaminados de los no contaminados.

Para el traslado de los residuos desde Zorita a El Cabril, según explica la dirección de Enresa, se siguen normas comunitarias sobre el transporte de este tipo de mercancías. El viaje se hará en camiones y las fuerzas de seguridad del Estado estarán informadas del proceso.