Afectados por amianto declaran que los médicos los consideraban "aptos"

Trabajadores de la extinta factoría Fibrocementos de Levante, afectados por el caso amianto -síndrome laboral por inhalación de polvo de este mineral-, declararon ayer ante el juez que pasaron anualmente las revisiones médicas sin que los facultativos detectaran afección pulmonar alguna. Los testigos manifestaron que la empresa "nunca" impartió cursos de prevención.

La cuarta sesión del juicio del caso amianto -proceso a dos facultativos y a dos directivos de la extinta Fibrocementos de Levante, del grupo Uralita, por un delito contra el derecho de los trabajadores- se reanudó ayer con la declaración de cuatro de los trabajadores de la fábrica -donde ocho de sus operarios fallecieron y cerca de medio centenar están afectados por la asbestosis- en calidad de testigos. La mayoría sufren la enfermedad en diferentes estadios.

Vicente Aliaga, operario durante 33 años en la factoría, la mayor parte como encargado, manifestó que los médicos, en todas sus revisiones médicas, siempre le dijeron que estaba bien, "hasta el final". En la vista oral del caso, este trabajador y afectado por el síndrome laboral apuntó que un facultativo ajeno a la empresa le aconsejó, cuatro años antes de que un médico de la fábrica le diagnosticara su enfermedad, no continuar en ese puesto ante su estado de salud. El ex operario constató cómo dos de los trabajadores que tenía a su cargo "estaban agotados y se veía que no podían". A éstos, según su declaración, "los médicos les seguían diciendo que eran aptos" para el trabajo.

Benedicto Alonso, trabajador desde 1974 y hasta 1997 (la mayor parte de su vida laboral en el molino de amianto) en 1990 sufrió una lesión pulmonar por la que estuvo de baja laboral tres meses. Pese a eso, los facultativos de la factoría le decían: "Está bien, como el año pasado". Afectados aseguran que la empresa no les facilitaba sus informes médicos. Además, según ellos, la fábrica nunca les informó de los resultados de las mediciones ambientales. Todos coincidieron en afirmar que la empresa no impartió cursos de prevención sobre riesgos de este dañino mineral.