Nace un nuevo Estado en Europa
Los habitantes de Montenegro votan mayoritariamente a favor de separarse de Serbia
Montenegro, de 670.000 habitantes, será un Estado independiente, el primero que nace en Europa desde 1993. La comisión organizadora del referéndum del domingo, presidida por el eslovaco Frantisek Lipka, aseguró ayer que el 55,4% de los montenegrinos optó por la independencia, con lo que se superó por cuatro décimas el umbral del 55% exigido por la UE para avalar la última secesión en la antigua Yugoslavia y poner fin a la unión entre Serbia y Montenegro. La oposición proserbia pidió tímidamente un recuento de los votos, pero los reconocimientos del resultado, ya casi definitivo, fueron llegando de todas partes, incluyendo los de la Unión Europea y también de relevantes políticos de Serbia.
A las 10 de la mañana de ayer se dieron a conocer los datos oficiales con el 95% escrutado, lo que puso fin a la incertidumbre generada la noche anterior con la precipitada celebración de independencia impulsada por las autoridades. El Gobierno había lanzado a la gente a la calle basado sólo en el recuento de una entidad privada. La ventaja sobre los partidarios de la unión era incuestionable, pero sólo superaba por medio punto el umbral exigido por la UE, cuando el margen de error era de un punto.
Lipka, que preside el comité organizador, ratificó finalmente que la independencia no había sido flor de una noche. Con el 95% escrutado, otorgó a los independentistas el 55,4% de los votos, prácticamente lo mismo que auguró 10 horas antes el centro independiente. El proceso, añadió, había sido democrático y transparente; y la participación, récord: del 86,3%.
El Bloque por la Unión, coalición contraria a la independencia, no aceptó explícitamente su derrota. Pero sus líderes, que ya la noche anterior se habían mostrado contemporizadores, difundieron un comunicado en el que reclaman en buen tono que se recuenten los votos, lo que llevó a la comisión organizadora a aplazar hasta hoy la difusión del resultado definitivo. Las impugnaciones afectan básicamente a 37 colegios en Podgorica, que suman 19.000 votos. Pese a lo ajustado del recuento, las posibilidades de que la opción independentista baje del 55% son prácticamente nulas, según los expertos.
Felicitaciones
Mientras, los observadores de distintas organizaciones que habían seguido el proceso ratificaban su validez y empezaban a llegar felicitaciones internacionales, incluyendo las de la UE y de importantes cargos serbios. La más significativa fue la del ministro serbio de Economía, el liberal Mladjan Dinkik, quien subrayó que la voluntad expresada en la consulta popular "debe ser respetada". En el marco de este buen tono se subrayó que Serbia y Montenegro van a mantener el equipo conjunto que disputará el Mundial de fútbol en Alemania. Y súbitamente, el partido del próximo miércoles entre el Estrella Roja de Belgrado y el Budvcnost, montenegrino, se ha convertido en un encuentro internacional.
A muchos ciudadanos partidarios de la independencia poco parecía importarles los recovecos diplomáticos y la confirmación oficial. Tan pronto el Gobierno anunció precipitadamente su victoria, el domingo por la noche, ocuparon la calle y algunos ni siquiera habían hecho ayer una pausa para dormir. La celebración nacionalista fue concentrándose en Cetinje, la bucólica población de 20.000 habitantes a 30 kilómetros al oeste de Podgorica, que fue capital del Reino de Montenegro hasta 1918.
Miles de personas fueron llegando con banderas de Montenegro -aunque ahora es una república, la bandera es la de la casa real- y también de su variante más belicosa, la enseña roja con una cruz blanca que utilizaban los guerreros montenegrinos en sus guerras medievales. Pese a ello, nadie pensaba que hubiera peligro inminente de guerra: de lo contrario, no hubieran malgastado miles de balas que fueron disparadas en señal de júbilo desde el domingo.
Si no hubo heridos, fue de milagro: además de las balas, llegaban coches a toda velocidad, conducidos a veces en dirección contraria por exaltados sin dejar de ondear sus banderas. Los bares seguían anoche sin cerrar y en las calles había grandes altavoces en los que sonaba música patriótica que casi siempre evocaba la belleza de Montenegro o las supuestas andanzas del rey Nicolás, el último monarca del Montenegro independiente.
El referéndum llegó en el mejor momento para el Gobierno montenegrino de Milo Djukanovic y en el peor para Serbia. Se votó tres semanas después de que la UE rompiera las conversaciones de asociación con Serbia y Montenegro por la incapacidad de entregar a La Haya al criminal de guerra Ratko Mladic. Fue un gran impulso para la campaña independentista, que se basó en que Montenegro llegaría más rápido a la UE sin Serbia. Lo ajustado del resultado refleja que probablemente acabó siendo decisivo. "¡Vamos a ir a la UE justo después de Bulgaria, Rumania y Croacia!", proclamó Djukanovic, exultante por la independencia y porque garantiza su permanencia en el poder.
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