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Japón y China se atascan en el conflicto que les enfrenta por los yacimientos de gas

Los negociadores fracasan en el quinto intento de resolver sus diferencias

Japón y China, los mayores consumidores asiáticos de una energía que necesitan para mantener en funcionamiento sus hambrientas economías, no han logrado superar el conflicto que les enfrenta por los yacimientos de gas en el mar de China Oriental. Las diferencias pueden empeorar aún más las tensiones entre ambos países, originadas por la ambición que comparten de hacerse con el liderazgo en el continente asiático. Los representantes de ambos países han vuelto a fracasar en la quinta ronda de negociaciones con la crisis energética.

Kenichiro Sasae, director de la Oficina para Asuntos de Asia y Oceanía del ministerio japonés de Asuntos Exteriores, y su colega chino, Hu Zhengyue, encabezaron las delegaciones de sus países en esta última ronda. Ambos mandatarios indicaron que la primera y la segunda economía del continente asiático mantuvieron intacta la amplia brecha que separa sus posiciones y que acordaron reunirse "tan pronto como sea posible" en Pekín.

Aunque no hubo logros, Hu expresó su optimismo al subrayar que ambos países "pueden y tienen la capacidad de solventar pacíficamente el problema, con un resultado satisfactorio para todas las partes". Y añadió: "Nuestra meta es que esas aguas sean un mar de paz y de amistad".

Los dos colosos económicos luchan por los derechos de perforación en el área marítima entre Shanghai y el archipiélago nipón de Okinawa, limítrofe entre sus zonas exclusivas de 200 millas náuticas en las que se cree que se encuentran importantes recursos energéticos.

El Gobierno japonés ha denunciado en varias ocasiones que el consorcio China Nacional Offshore Oil Corp (CNOOC), el mayor productor chino de crudo en ultramar, operaba en la zona de separación de las aguas territoriales de cada país, con lo que podía extraer reservas de las estructuras geológicas que se extienden bajo el fondo marino de la zona económica exclusiva nipona.

El problema reside en que los dos países no se ponen de acuerdo sobre dónde acaban las aguas territoriales de cada uno. China rechaza la propuesta formulada el pasado octubre en Tokio de desarrollar conjuntamente cuatro yacimientos de gas natural y de crudo (los de Tianwaitian, Chunxiao, Duanqiao y Longjin) y asevera que su zona exclusiva termina en la plataforma continental (superficie de la banda costera submarina), mientras que Japón afirma que las aguas territoriales de cada uno de ellos llega hasta la mitad del área del mar comprendido entre ambos. A esa iniciativa, China contestó con otra el pasado marzo por la que sugería la exploración y perforación conjunta de los recursos naturales de la parte del norte del mar y de otros en la del sur.

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