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El cremallera no logra acabar con el colapso en los accesos a Montserrat

El aparcamiento tiene 450 plazas y pone cada domingo el cartel de completo

Llegar por carretera a Montserrat es muy complicado en los días festivos. La entrada en funcionamiento del tren cremallera no ha reducido los atascos. El aparcamiento situado al final de la carretera queda absolutamente lleno y muchos automovilistas deben dar media vuelta y elegir entre dejar sus vehículos a más de dos kilómetros del monasterio en alguna cuneta o bajar hasta Monistrol de Montserrat para usar el transporte del tren cremallera.

El 71% de los visitantes llegan por carretera y el resto por cremallera o por el aéreo

Los que tengan el coche detrás de la barrera deberán pagar cuatro euros por el estacionamiento con independencia del tiempo de estancia (menos de media hora es gratuito) y acceder desde el punto donde deja el vehículo hasta las instalaciones a pie, por el centro de la calzada, ya que los coches están situados en la parte exterior de la carretera y no existe un recorrido para los peatones.

El aparcamiento de Montserrat, que tiene un total de 450 plazas disponibles, pone el cartel de completo todos los domingos de la temporada alta (de marzo a noviembre), excepto en caso de lluvia, situación que conocen los usuarios que acceden al monasterio a través de la C-55 por Monistrol de Montserrat, porque en esta carretera se ha colocado una nueva señalización luminosa que indica el estado en que se encuentra el aparcamiento de Montserrat y el del aparcamiento del tren cremallera. Pero estos son poco más de la mitad de los visitantes al recinto, porque el resto lo hacen a través de la autovía A-2 y la carretera de can Maçana. Aquí no hay señalización, como tampoco la hay en las barreras del acceso del aparcamiento.

La puesta en marcha del tren cremallera el verano de 2003 debía contribuir a reducir el uso del vehículo privado como forma de acceso a Montserrat, pero los resultados indican que el efecto ha sido menor del esperado y en eso contribuye que el uso no es el deseado y que Montserrat ha recuperado sus mejores afluencias de visitantes y en los dos últimos ejercicios se ha situado en alrededor de los 2,2 millones de visitantes. La cifra había disminuido algo en los primeros años del siglo, ya que las inundaciones de junio del año 2000 y las obras de construcción, precisamente, del tren cremallera, habían puesto patas arriba el santuario.

Xavier Aparicio, gerente del Patronato de la Montaña de Montserrat, ente vinculado al departamento de Presidencia de la Generalitat y que gestiona la zona de estacionamiento, considera que será difícil acabar con los colapsos de las mañanas del domingo. La última esperanza tras la instalación del cartel luminoso de la C-55 es conseguir que la Dirección General de Carreteras ejecute una operación para que Montserrat sea considerado uno de los nodos de Cataluña, lo que supondría una mejor señalización y poder indicar a unas decenas de kilómetros cuál es la propuesta de acceso. Esto haría que a la altura de Abrera, se propusiera al conductor seguir por la carretera de Monistrol de Montserrat y no circular por la de can Maçana como pasa ahora.

Las 450 plazas del aparcamiento de Montserrat reciben un domingo cualquiera unos 1.700 vehículos. Y la ocupación máxima es de las 10.30 a las 13.30 horas. El segundo día de más afluencia es el sábado, con unos 900 coches, y de lunes a viernes, a no ser que coincida con un festivo, la ocupación se sitúa entre los 300 y los 400 coches.

Uno de los problemas de difícil solución es que el estacionamiento en el aparcamiento de Montserrat tiene un coste de cuatro euros por vehículo, mientras que el del cremallera es gratuito para los usuarios del tren, que pagan seis euros (por un billete de ida y vuelta) por persona. Muchas familias creen ahorrar usando su vehículo.

Xavier Aparicio sabe que 52 días del año el estacionamiento estará al completo y más después que durante el año 2004 y 2005 se hayan estabilizado todas las cifras concernientes a los hábitos de los usuarios en el sistema de acceso a Montserrat y al número de visitantes. Antes del cremallera, el 87% de las visitas a Montserrat se hacían en vehículo privado y el 13% con el aéreo, la cesta colgante que hace el recorrido desde la falda de la montaña hasta el mismo monasterio. A partir de la entrada en servicio del cremallera, las cifras se sitúan en el 71% de usuarios de vehículo propio, el 21% de visitantes que prefieren el cremallera y el 8% que se mantiene fiel al aéreo.

La situación del aparcamiento de Montserrat ha sido especialmente conflictiva a lo largo de los últimos fines de semana. El pasado 30 de abril se batieron todos los récords de usuarios, con más de 17.000 personas en el recinto, con el 69% de vehículos privados. Esto también representó un récord para los pasajeros que se decidieron por usar el tren cremallera, que llegó a transportar por primera vez a más de 5.300 viajeros.

El Patronato de la Montaña de Montserrat no tiene previsto efectuar cambios. Los ingresos del aparcamiento suponen alrededor del 30% del presupuesto (unos tres millones de euros) de este ente, que tiene responsabilidad administrativa sobre todo en el conjunto del parque natural de Montserrat.

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