Mojácar incumple sus normas para construir un garaje de cuatro plantas
El Ayuntamiento anula la protección de vistas en un tramo de 42 metros
La construcción de un aparcamiento de cuatro plantas en la Avenida de París en Mojácar (Almería), podría romper una de las normas más estrictas y respetadas en el pueblo: ningún inmueble puede quitar las vistas sobre el valle. El propio Ayuntamiento mojaquero, que gobierna el PSOE, ha aprobado un expediente de modificación puntual de las normas subsidiarias para que un particular construya el aparcamiento.
Un elevado porcentaje de las 5.000 personas censadas son extranjeros
El pasado 24 de abril el pleno del Ayuntamiento de Mojácar acordó la modificación puntual de una parte de las normas subsidiarias para "matizar" su contenido y eliminar la protección de vistas sobre la avenida de París en un tramo de 42 metros de longitud. Allí está previsto que un particular promueva la construcción de un aparcamiento de cuatro plantas en desnivel, de forma que sólo la última estará a ras de calle y tapará las vistas a la fachada de atrás, la Escuela de Hostelería.
El objetivo del Ayuntamiento, según el alcalde Gabriel Flores (PSOE), es disponer de plazas de aparcamiento en el casco urbano. "Sólo se anula la protección de vistas a la Escuela de Hostelería porque hay que entrar por ahí al edificio. Otras veces ha habido incluso dos alturas por encima de la calle y en esta ocasión sólo sobresale una", justifica Flores. El plazo de alegaciones al proyecto, que aún no está definido en inversión ni en el número de plazas, concluye el próximo día 2. La pretensión del Ayuntamiento es tener listo el inmueble para la próxima Navidad.
Pero no ha sido ésa la única revisión puntual de las normas que, según algunos vecinos, pueden poner en jaque la estética y el ordenamiento urbanístico en el pueblo. Meses atrás, desde la concejalía de Cultura, se llevó a cabo una obra para ornamentar la plaza lateral de la iglesia. Los operarios municipales horadaron el muro que existe junto al templo para colocar una suerte de arcos de mármol. Las normas subsidiarias de planeamiento en lo referente a la normativa estética defienden la ausencia "absoluta" de motivos decorativos y superfluos; "prefabricados como balaustradas, molduras, piedra artificial, etcétera" quedan taxativamente prohibidos, según recogen las normas aprobadas en 2001. El alcalde también justifica la actuación culminada en virtud del "gusto personal" de cada uno. "El gusto es muy valorable y respetable. Las normas subsidiarias dicen que el mármol y las columnas redondas no se pueden poner en edificios ni en fachadas. Pero la piedra no se ha puesto en edificios ni en fachadas. Además, es piedra de color albero parecida a la que tiene la iglesia. Hay vecinos que están muy contentos. No se ha quitado nada, sólo se ha puesto una especie de arcada", defiende el primer edil.
Junto a la peculiaridad de su arquitectura y entramado urbanístico, herencia de los 700 años que habitaron los árabes, Mojácar cuenta con otra singularidad social fruto de la amalgama de culturas y nacionalidades que han hecho del pueblo su lugar de residencia. De las 5.000 almas censadas, un elevado porcentaje son extranjeros enamorados del sol, la playa y el embrujo mojaquero.
Hasta nueve formaciones políticas diferentes concurrieron en las pasadas elecciones municipales por los 13 escaños en el Ayuntamiento. El resultado forzó un cuatripartito (Asamblea de Izquierdas, GIAL, Nuevo Grupo Mojácar y PA) que no ha culminado el mandato. Tras una escandalosa moción de censura gobierna el PSOE (dos ediles) en coalición con PP (cuatro concejales) y un tránsfuga del PA. Un vecino que desea permanecer en el anonimato, asegura que la situación en el municipio es de tal "politización" que los residentes han optado por la pasividad e indolencia más absoluta. "Es un pueblo egoísta. Si el equipo de gobierno comete alguna tropelía no puedes recurrir a la oposición porque lo politizan todo. Es una lástima para este pueblo", dice.
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