Los líderes serbios de Montenegro prometen respetar una victoria del 'sí' en el referéndum

La gran mayoría de los serbios de Montenegro -el 30% de los 670.000 habitantes, según el censo de 2003- votará este domingo contra la independencia de este Estado, hoy integrado en Serbia y Montenegro. Pero los portavoces de la coalición por el no han dejado claro que van a respetar el resultado, a diferencia de lo que sucedió en las otras repúblicas ex yugoslavas que se independizaron la década pasada. Los observadores internacionales y las dos coaliciones enfrentadas -independentistas y prounionistas- esperan un resultado claro que disipe los temores de una eventual reacción violenta.

"Son los Balcanes y es peligroso cuando todos creen que han ganado", dice un observador

No hacen falta grandes estudios demoscópicos para saber que casi todos los serbios de Montenegro son contrarios a la independencia de esta pequeña república asociada a Serbia. El Bloque por la Unión está integrado por los partidos que apelan tradicionalmente al voto serbio. Y en los actos de la campaña, que concluyó ayer, se han exhibido más banderas serbias que enseñas de Serbia y Montenegro. Ambas enseñas comparten los mismos colores, pero en distinto orden.

En los pequeños núcleos urbanos que integran Grbalj (población que suma 5.000 habitantes a orillas del mar Adriático, a 70 kilómetros al oeste de Podgorica) no hay ni siquiera propaganda a favor de la independencia. Sólo se ven carteles pidiendo el no. Y banderas serbias en algunas de las casas. "La independencia no tiene ningún sentido, no va a llevar nada bueno", explica Bajkovic Predrag, pescador de 34 años, que se define como "cien por cien serbio" y que recuerda que en otros enclaves, no sólo en Grbalj, los serbios son mayoría.

En la pared principal del comedor cuelgan los retratos de Radovan Karadzic y del general Ratko Mladic, los líderes serbobosnios buscados por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, con sede en La Haya, que los acusa de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en los años noventa en Bosnia-Herzegovina. "Se cuentan muchas mentiras sobre ellos; son héroes que defendieron a los serbios", dice. "No me gusta la violencia, pero no se sabe qué puede pasar", explica, en inglés. Y añade: "Si Montenegro logra la independencia, quizá los serbios deberíamos proclamar la nuestra".

Las resonancias de la expresión República Serbia dentro de otro Estado evocan el horror de guerras pasadas en las que murieron cientos de miles de personas. En Croacia y en Bosnia-Herzegovina, los serbios reaccionaron a la independencia proclamando su propia República.

En los actos favorables a la unión siempre hay alguien luciendo camisetas con el rostro impreso de Mladic, lo que incomoda a los dirigentes del bloque prounionista, que subrayan día tras día que respetarán los resultados. "El Gobierno montenegrino quiere presentarnos como si fuéramos unos fanáticos defensores de Mladic y es totalmente falso", explica Predrag Popovic, portavoz del Bloque por la Unión, quien insiste que espera que Mladic sea puesto a disposición de La Haya. Él luce una camiseta con la bandera de Serbia y Montenegro y un corazón dentro: "No tiene sentido separarse, juntos somos más fuertes", explica en la sede central de su Partido del Pueblo, en Podgorica.

Popovic subraya que todos los líderes de su coalición han dejado claro que aceptarán el resultado, sea el que sea. "Si gana la independencia, cosa que dudo, simplemente dejará de interesarme la política, pero no pasará nada si se respetan las reglas".

El temor no afecta sólo a lo que puedan hacer los extremistas serbios. También se mira con lupa la actuación del Gobierno de Podgorica, que también ha prometido respetar las reglas. Muchos serbios desconfían, especialmente en el caso de que gane la opción independentista, pero con menos del 55% exigido. Entre el 50% y el 55% se entra en una zona gris que asusta a todos: "Esto son los Balcanes y aquí es muy peligroso cuando todos creen que han ganado", explica uno de los 250 observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa desplazados a Montenegro.

El Gobierno de Podgorica también ha prometido respetar los compromisos, pero algunos dirigentes han sido lo suficientemente ambiguos como para que haya dudas. El presidente montenegrino, Filip Vujanovic, reafirmó ayer su compromiso. En un encuentro con periodistas extranjeros en el palacio presidencial, afirmó: "Estoy seguro de que la independencia se impondrá con más del 60% de los votos, pero no habrá declaración unilateral alguna". En el caso de que el resultado se quedara en la temida zona gris, algo que consideró prácticamente imposible, dijo que el Gobierno montenegrino impulsaría negociaciones con Belgrado y la Unión Europea para deshacer el entuerto.