Desconfianza
Los inversores siguieron mostrándose ayer extremadamente cautelosos ante una situación que están lejos de comprender a fondo. Las reacciones parecen tener más de visceral que de meditado y, tanto si se trata de vender como de comprar, son más fruto del miedo y de la improvisación que de planteamientos sensatos.
La Bolsa española abrió a la baja, en contra de la orientación dominante en el resto de los mercados europeos, lo que provocó una temprana caída del Ibex 35 del 1,59% hasta tocar los 11.069,10 puntos, situación que provocó una reacción que algunos tildaban de oportunista y otros de simple absorción de papel pero que, en cualquier caso, sirvió para que el principal índice del mercado español remontara el 2,38% hasta los 11.332,10 puntos, nivel máximo del día que fue imposible mantener hasta el momento del cierre.
Al final de esta jornada el Ibex 35 cedió el 0,34% para quedar en 11.210,30 puntos, un nivel que no sirve de referencia y que deja las cosas tal, y como estaban al comienzo de la sesión. El Ibex de las empresas medianas bajó el 1,55% y el de las empresas pequeñas el 1,53%, lo que parece dar la razón a los que opinaban que la recuperación tuvo detrás una generosa absorción de papel.
La contratación total en el Mercado Continuo descendió hasta los 4.619,37 millones de euros debido al descenso de las operaciones institucionales, pero las operaciones en el mercado "abierto" superaron los 4.100 millones de euros, lo que también parece dar la razón a aquellos que pensaban que se hizo un amplio esfuerzo para evitar males mayores.
El resto de los mercados de la eurozona vivió una jornada tranquila con pequeños altibajos.
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